Al

La secuencia era la siguiente: coronita, mojito, quesadillas, mojito, chupitos colados a traición, mojitos, más chupitos de tequila nivel experto, más mojitos... y la sala Sol.

Esa fue exactamente la fórmula (bueno, exactamente no, faltan decenas de chupitos más para que sea la exacta) por la que Al se ganó la fama de camarero infernal. Tu llegabas un dia al Colorado, un dia normal y corriente, un viernes de los que luego te tocaba trabajar al dia siguiente, por ejemplo, y sin saber muy bien como terminabas a las cinco de la mañana bailando en la sala Sol.

Así le conocimos, pero luego de repente se descubrió como cabrón integral (las cosas como son), bueno digamos que yo decidí por alguna influencia que otra descubrirlo como un cabrón integral.. y yo que para estas cosas tengo una vena muy visceral decidí establecer la guerra fria y poner distancia y silencio de por medio (así, sin más, sin opción a replica...vamos de lo más justo ;P).. pero claro, el Colorado tiene lo que tiene y lo que tiene es magia y a mi ese lugar me encantó desde el primer dia así que, a pesar de silencio y distancia y controlando los dias libres del personal laboral para evitar encontronazos incomodos, seguí yendo.

Y tanto ir y venir me descubrió un Al encantador que pedía acercamiento a su manera, osea via sms despistado que provocó una conversación hasta que llegó esta vez el Sol (y no la Sol) para hacerme comprender que uno no puede ser lo que no es y si uno no es un cabrón integral nunca va a poder fingir que lo es.... y conste que se esforzó en demostrarlo aunque luego quedasen dudas sobre quien es más cabrón que quién.

Con el tiempo hemos descubierto un viajero incansable, un piloto kamikace, un trabajador sin fondo, un amante y maestro del jazz (maestro por lo que he aprendido con él de Jazz no porque tenga dotes musicales desproporcionadas, conste), un conversador nato (aunque ceda en lo relacionado a Chávez pero claro, muchos más argumentos no quedaban XD), un enfervorizado jugador de ajedrez y sobre todo un paciente amigo.

Así que años después, con el Bar de la muerte de fondo aunque ya no provoque tanto surrealismo y sin un camarero infernal detrás de la barra que nos haga conocer nuestros propios límites nocturnos, te queda acordarte de todo aquello, reirte que no es poco, poner cara de ¿ein? intentando comprender situaciones y darte cuenta que en el fondo queda lo que merece la pena.

Si después de la noche de las mil preguntas, de haber tenido pelotas a volar con él (por kamikace, insisto, como profesional no le pondré en duda porque le conozco), de su inestimable ayuda para matricularme en Antropologia, de enseñarme tanto sobre Jazz (aunque yo contribuyera más con Nina Simone, ejem), de habernos perdido en Ibiza intentando encontrar la ibiza hippie que creíamos que existía, de haberme obligado a ser camarera por una noche, de habernos dado treguas para discutir sobre América y de tardar tanto, tanto, tanto en quedar con él se me olvidase felicitarle, me mata jajajajajaja....

Además, después de que el caballero casi nos matara del susto por decidir pasar una temporada en la UVI, casi que te alegra poder felicitarle un año más y esperar que lo celebre (sin presiones ¿eh? jajajajaj) un año más a su manera.

Felicidades corasón! ;* ... yo reconozco que tardo en quedar pero tu todavía me debes una de La Sol (que no quiero empezar a recordar a los "caballeros" que las últimas veces han ido sin mi...V_V)

Y ya que estoy, pues felicito a Pipich...felicidades guapa!!!!;*