viernes, octubre 19, 2007

Nacionalismo

Veía yo el otro día al Sr Rovira por la tele y venía yo, precisamente, de escuchar a otro Señor, quizás menos cargado de marketing y sensacionalismo pero quizás con un discurso más elaborado y más plagado de coherencia, y ambos hablaban de lo mismo pero de forma diferente, de un hecho que, inexplicablemente sigue existiendo, el nacionalismo extremo (aunque en mi opinión el simple hecho de ser nacionalismo ya lo convierte en algo extremo), desde dos puntos de vista diferentes, el de la venta y el de la coherencia.
Algo le comenté ya el otro día a algún alma bendita que presta sus oidos para mis elucubraciones, si no fuese porque parándote a escucharle te das cuenta de que realmente el Sr Rovira hizo uso del más puro estilo lingüístico político (contesto sin decir nada y lo poco que dijo fue retórica pura mezclada con marketing, no hay mejor marketing que el de la polémica...), vende el producto estupendamente bien, sin duda.
Desde mi punto de vista, simplista procediendo de quien entiende que la nacionalidad es una mera formalidad del documento nacional de identidad y que la Cultura es algo mucho más complejo como para tratarla de forma incoherente como arma arrojadiza en un campo político actualmente desmembrado, el mesianismo histórico de los que unos pretenden hacerse dueños es absolutamente grotesco, si en algo estuve de acuerdo con J. Aranzadi en la conferencia de ayer (y conste que no estuve de acuerdo en todo, para variar) es que intentar recurrir a prácticas políticas o históricas pasadas en este país para aplicarlas en la actualidad es absurdo, si por algo se caracteriza nuestra Historia es por nuestra constante demostración del significado de incompetencia. Si el mesianismo no histórico sino mitológico, échate a temblar.... y el grave problema del nacionalismo que yo veo es ese, esa base que lo sustenta que es, necesariamente, histórica o mítica y que, en ambos casos, es inservible.
¿Tanto miedo hay de romper, por una vez, e intentar crear algo nuevo? Lo nuevo no es potenciar nuevos estigmas diferenciadores creando más nacionalidades ¿para qué? las nacionalidades existentes no han solucionado nada. ¿Reclamar una Cultura?¿cual? yo no se los demás pero yo soy europea y tengo parte de ello, soy española, y tengo parte de esa cultura incluyendo la lengua, pero también soy de Madrid, y en parte eso tambien influye a mi cultura y a mi lengua, y soy dominguera ocasional en un pueblo de Toledo, y eso por supuesto tambien me influye (por suerte no tanto en la lengua porque, señor, que acento que tienen mis niños!), y tambien me influye vivir en Carabanchel, tener familia en mil puntos de España, mantener amistades de la universidad, de los diferentes trabajos, de amigos que son amigos de y que a su vez tienen su propia comunidad de sentido....
Todo eso nos influye y si debieramos estar reclamando constantemente la independencia cultural terminaríamos viviendo en un gueto.
Para mi gusto el Sr Rovira no hizo más que marketing y no se acercó, por supuesto, a ninguno de estos campos sobre los que me da por divagar cuando se habla de algunos temas. Pero, por mucho que sea Rovira o Ibarretxe o Zapatero o Rita, los que plaguen su discurso de términos como igualdad o libertad mientras reclaman nuevas fronteras ya sean geográficas, lingüísticas, culturales o sociales, a mi nunca dejará de parecerme un atraso.
Si en un hipotético referendum en Cataluña, en Euskadi, en Madrid o en la Conchinchina se decidiera una independencia, me parecería fabuloso pero, la verdad, no lo entendería ¿que sentido tiene que nos sigamos poniendo barreras que, en realidad, no nos hacen sentir identificados a ninguno?
Hará dos mil años que vi "Martin hache" y que babeé ante un Federico Luppi diciendo aquello de "la patria es un invento", y no he podido dejar de estar de acuerdo. La patria, real, es la que uno transporta, lo demás no deja de ser aquel sistema que te proporciona la administración más eficaz para que tu vida sea mejor. Si lo que mis muy estimados señores políticos quieren es eso, una administración más eficaz, en ese caso, por dios! que se pongan de una vez a resolver nuestros problemas con la vivienda, los transportes, el trabajo, el paro, los accesos académicos, la pobreza, los malos tratos... y se dejen ya, de una puñetera vez de hablar de derechos históricos, miticos y nacionalismo (bueno, mis disculpas, el Sr Rovira dijo que no era nacionalista, sólo quería lo mejor para Cataluña. A mi eso no me parece mal, la verdad, pero eso en mi pueblo es nacionalismo).
Tener una Identidad cultural es estupendo pero ¿hasta que punto tiene la política derecho a sacar partido de ello?

4 comentarios:

david dijo...

Entonces ¿no te arrancó lagrimillas de orgullo patrio el discurso navideñomonárquico de Rajoy? :S

¡Antipatriota!

Ya en serio, estoy de acuerdo. Yo, lo de mi nacionalidad, lo llevo como algo puramente circunstancial que desde luego yo ni elegí ni me curré de manera alguna, y veo poco ético sentirme orgulloso de cosas que no son mérito mío, igual porque me gusta sentirme poco orgulloso porque méritos méritos, lo que se dice méritos, los justos para hacer cuatro fotos regulares y muy de cuando en cuando enlazar seguidas cinco palabras que me causan alborozo, qué bonita palabra ¿que viene del árabe, no? Mira, si la integridad cultural fuese siempre algo tan supuestamente importante imagino que nos perderíamos palabras como esa.

La diversidad enriquece, y en ese sentido, la verdad, sí que entiendo un cierto orgullo por lo propio y lo que uno ha mamado, pero me parece una soberana memez limitar eso a todo lo que abarcan unas líneas pintadas en un mapa, con todo lo que incluyen, y descartando lo demás, con el inmensísimo todo que eso abarca.

Lo de la fragmentación, pues ya ves. Yo es que creo que al fin estas cosas son siempre excusas para sentirse parte de algo, que igual que hay gente del Betis hay independentistas malagueños, digamos, y que finalmente un independentista malagueño, si Málaga se independizase, querría ir de vacaciones a Barcelona o a París, con lo que el efecto de las fronteras, si uno se pone riguroso, queda, tan solo, en lo que precisamente decía el señor este que tú comentas en la peli esta que tú dices.

Al fin siempre me quedo con la cita de Einstein (aunque no está de mal recordar, ahora que está tan de moda el tema, que pretender que Einstein siente cátedra en este tema es un argumentum ad verecundiam); el nacionalismo es la enfermedad infantil de la humanidad.

ROSA dijo...

*v*, Carod no hizo marketing (aunque es muy bueno en ello), lo único que hizo es representar lo que todo el mundo en Cataluña siente:
Hartura!
Estamos muy hartos de muchas cosas por aquí. No os podéis hacer una idea. Nuestra autoestima como pueblo está muy machacada. Y él hizo únicamente una cosa: escenificarlo. Para eso en un portavoz del pueblo...

*V* dijo...

A mi parecer, querido, el discurso de Rajoy es el summum del surrealismo, siento dañar tu sensibilidad metiendome con tu lider ;P
Quizás el problema, Rosa, es que no hay constancia de esa hartura, y no me refiero a que no exista sino que, por lo menos desde aqui, no hay la información suficiente y a eso me refiero con el marketing. Yo, sin vivir en Cataluña, y viendo a Rovira el otro dia, no saqué datos suficientes como para saber si existe o no una hartura o cual es o son los problemas.
Mi visión externa, y probablemente sesgada, es la de un político más que no me está proporcionando la información suficiente para poder emitir un juicio óptimo.
Yo creo que gran parte del problema reside ahí, en saber cual es exactamente el problema.
Mi opinión sobre Rovira es básicamente la misma que la de que tengo sobre cualquier político, con la salvedad de que creo que en este caso nos faltan infinidad de datos (que yo, de verdad, quiero que me expliquen!)
Besos guapa!

david dijo...

Rosa, ¿hartura de qué, y de qué no tenemos idea?

Desde la perspectiva que da la distancia, yo sinceramente no veo de qué podéis estar hartos en Cataluña: Hasta donde yo sé es una comunidad privilegiada en el trato a nivel cultural y económico. Y no creo que esta percepción mía tenga mucho que ver, y lo digo por si las moscas, porque vea las cosas desde Madrid, que yo seré muchas cosas pero centralista poco, y al fin y al cabo una buena amiga mía que es de allí nunca me ha hablado de ninguna hartura ni de nada de lo que yo no tenga idea, ni otra que estuvo allí viviendo un año y no será porque no sea protestona la muchacha.