La marmota

Cosas que pasan...
El asumir estar sentada en un aula en la que yo no debería de estar sentada si hubiera sido más coherente y hubiera terminado las cosas cuando hay que terminarlas (en fin) ya me parecía suficiente para una tarde de lunes. La verdad es que había ido todo el camino en el metro bastante concienciada al respecto y concentrada en eso de "de este año no pasa" y estaba bastante entretenida jugando con mi boli esperando a que quien tuviera que llegar llegase, tomar los apuntes necesarios y convertirlo en una rutina invernal semi agradable.
En esas estaba yo cuando, de repente, Adonis ha entrado en clase y Adonis se ha sentado a mi lado. Yo, que he decidido poner todo mi esfuerzo en mi etapa de parada intelectual, me he convencido a mi misma en no prestar más interés a Adonis que a mi objetivo vital ("de este año no pasa, de este año no pasa...") pero resulta que el chaval en cuestión se ha puesto a hablar amigablemente y nos ha preguntado a mi y al chaval de delante que de que iba la asignatura porque no había ido hasta ese dia. Yo me he visto obligada a declararme en igualdad de condiciones y el de delante ha asumido tambien su confusión al respecto, así que hemos intercambiado entre los tres una serie de comentarios graciosos sobre el asunto de esos en los que cuentas que te estas planteando cambiarte de sitio y esas cosas que hacen que te relajes y le veas la parte divertida de estar ahi sentada... vamos, que yo ya estaba empezando a dudar sobre eso de las prioridades en las que centrarme porque, total, un año da para mucho...
Pues no. Nos hemos enterado, los tres y de súbito, que había que entregar y exponer un trabajo sobre una experiencia de campo, bien, pues cómo la lógica de la supervivencia dicta nos hemos puesto de acuerdo los tres (a base de gestos y miradas) que lo más normal es que nosotros tres fuéramos un grupo en si. Todo muy normal según las formas que la comunicación y los intereses marcan a cierta edad. Bueno, pues al terminar la clase, que era el momento en el que se supone que decíamos cómo nos ibamos a organizar y qué ibamos a hacer porque hay que entregarlo en ¿dos semanas?, Adonis se ha levantado (con mucho estilo él, eso si) y ha dicho algo así cómo "bueno el próximo día ya nos contamos como lo vamos a hacer" mientras ha interrumpido al chaval de delante que estaba hablando de algo interesante (del tipo: organigrama del trabajo, nuestros nombres o cómo vamos a comunicar si tenemos en cuenta que no nos conocemos de nada). Cuando se me ha pasado por la cabeza sugerirle que el próximo dia fuera mañana (espero) ha dicho que no, que no podía y que el lunes tampoco sabía si iba a poder...
Vamos, que estoy en un grupo de trabajo con Adonis (que vete a saber como se llama porque no lo sabemos), eso si, me tranquiliza saber que a él le parece facilísimo preparar un trabajo para exponer en un plazo de, echando cuentas, un dia... me preocupa un poco más mi interés perfeccionista en el tema (neurótica que es una que le voy a hacer, pero ya que me he puesto es para hacerlo bien...). A mi eso de repartir equitativamente la parte de trabajo de un miembro entre el resto del grupo ya me había pasado, pero por lo menos conocía al resto del grupo y al miembro en cuestión... ahora, la novedad, es que nos va a tocar quedarnos con la parte de trabajo que le correspondería a Adonis que, por lo visto, se ha matriculado o para lucir palmito o para ocupar sus horas en algo (porque esto por utilidad sin esfuerzo no va a ser).
La verdad es que a estas cosas, y después de situaciones varias en las que se incluyen los trabajos (de los que tienes un sueldo no de los que pagas tu por ellos), una debería de estar más que acostumbrada pero sigo manteniendo cierta esperanza infantil al respecto (aunque a veces la misma situación aunque en diferentes contextos tenga cierta similitud con aquel día de la marmota tan mítico).