Trijueque

Y dice Juan que si hay gente a la que pagan por esto que él se apunta aunque no debo sonar muy convincente cuando, luego y con café mediante, le intento explicar que la recogida de información es la parte divertida, que hay un previo burocrático que a mi me parece desquiciante y un constante "trabajo de despacho" (como lo llaman los que lo tienen) en el que se le da sentido a la información que quizás no es tan entretenido para el Respetable pero que, para nosotras que somos así, está dentro de lo mejor . Pero, de vuelta a Madrid, nuestro improvisado chofer (al que estaremos eternamente agradecidas!) sigue insistiendo en que si por todo ello se cobra que lo mismo se plantea abandonar la informática en pro de la Antropología.

Y claro yo no seré la que replique, a mi me parece normal porque para mi no puede haber ningún trabajo mejor, porque cualquier otro trabajo que no sea este para mi siempre será un trabajo basura ; y mucho menos voy a replicar si vuelvo a Madrid en pleno momento de éxtasis por eso de participar en mi primer proyecto subvencionado a pesar de que no sea "mi" proyecto, ni el de Ana, ni el de nadie, pero es más factible de realizar que cualquiera de las abstracciones que se nos ocurren.

El proyecto: un estudio etnográfico sobre Trijueque, un pueblo en Guadalajara que rebosa patrimonio artístico ruinoso y dejado de la mano de Dios por esas cosas que pasan cuando la Administración estatal y la local no se ponen de acuerdo. Con un patrimonio etnográfico nada deleznable y con una Historia a tener en cuenta, como todas. Para nosotras, inmaduras en todo esto del trabajo real de campo, es una sobredosis de información, de datos, de imágenes, de historias, de conclusiones que aún no existen.

Adictas a esto somos, sin duda, porque sino no se explica que una emplee su tiempo en irse a un rincón de Guadalajara a escuchar, a observar, a relatar mentalmente mientras verbalmente intentas que A.V. (o cualquiera de los que allí hubiera) te cuente sin que te vea como "el otro", a trabajar gratis porque en este que nos gustaría que fuera nuestro trabajo una no cobra cuando esta intentando meter la cabeza.

Y eso por lo visto no nos importa porque sino no se explica que pudiéramos estar un sábado a las 11 de la mañana tomando café en Mendez Alvaro y pensando en nuestro siguiente proyecto, este totalmente nuestro, sin límites de tiempo aunque también con más inconvenientes de publicación y de subvención, pero bien está si sirve para poder recrearnos en ese abstracto que tanto nos gusta.

Y bueno, para que quede constancia de que estamos predispuestas a cualquier tipo de ayuda, podéis hasta colaborar con nuestras frikadas. Así que querid@s si tenéis fotos de pintadas (especialmente de esas que pueblan las puertas de los baños del mundo...y ya si son de los baños masculinos mejor que mejor que de esas carecemos casi de información) nos las podéis mandar a esa dirección de correo tan mona que hay en mi perfil. Conste que la petición es mía y de Ana y ambas lo agradeceremos enormemente (por ahora de forma verbal, sobra decir que si en algún momento de nuestra vida conseguimos publicar algo no nos fumaremos eso tan chulo de los derechos de autor y citaremos a las personas necesarias incluyendo todo tipo de halagos y peloteo).

Si después de leer esto os quedaban dudas os puedo asegurar que un antropólogo es un bicho humano normal que tiene familia e incluso amigos (aunque haya que reconocer que normalmente nos utilizan para darle un toque exótico a cualquier evento!)

Y por hoy ya, que me duele la cabeza por eso de haber tenido un fin de semana intenso y además ya he cumplido lo que prometí y he publicado nuestra petición surrealista.