lunes, julio 14, 2008

Raíces



Entretenida que iba yo esta mañana pensando en posibles demandas, por daños morales y físicos, a la gran mente pensante que decidió que, hacer baldosines de mil formas geométricas, podría ser muy divertido.... especialmente divertido en zonas empresariales en las que a las féminas nos "obligan" a ir con taconazo o similar y nos vemos obligadas a intentar caminar manteniendo alta la poca dignidad que te permite mantener la empresa (esa que te quiere vestir de barbie porque quizás la coagulación de sangre en los pies te permite pensar mejor) mientras hacemos malabares sobre pentágonos enanos, rectángulos mínimos, cuadrados ínfimos y octógonos imposibles todos ellos separados por franjas estratégicamente colocadas para que demuestres tu habilidad en tacones.

Pues eso, a lo que iba, que iba yo manteniendo un más que aceptable equilibrio entre velocidad y destreza concentrada en la alternancia de figuras geométricas asesinas cuando me he fijado en la chica que iba delante de mi. Normalita ella, subiendo contoneandose la Avenida de la muerte (contoneante no porque tuviese intenciones de simular una forma de caminar femenina al uso sino porque es como te hacen andar estos suelos nuestros de la capital cuando llevas tacones), con su falda, la camisa típica que te permite desplegar tu estilo sin que la Corporación que sea se sienta ofendida por vete a saber qué, los tacones (por supuesto) y el pelo impecable.... o no. Las raíces. Y he ahí cuando me he lamentado internamente por su suerte porque, por lo impoluto de su indumentaria y, sobre todo, por lo mínimo de su bolso, esa chica iba a una entrevista. Con unas raíces que indicaban más de dos meses sin peluquería. Y este pequeño detalle que para el ser humano, como animal racional que es, debería ser una gilipollez, no lo es tal para el ser humano empresarial. Me explico.

La semana pasada la empresa X quería contratar a Barbie secretaria, y digo Barbie secretaria porque no podía ser una secretaría normal, no, el directivo Y de la empresa X requería que fuese mujer (si, si, la discriminación solo existe cuando sale en la tele y es hacia la mujer) menor de 30, con una carrera al menos (¿al menos?,,, eso si, sin preferencias, la que fuera que le diera culturita general...que fuera leída la chavala, vaya). Además, tenía que ser practicamente bilingüe, nacional (nada de rasgos físicos o dialécticos que pudieran denotar algo extranjero), con "buena presencia" y con bastante experiencia laboral. Y todo ello por el módico precio de 18000€ anuales brutos. Y yo me reí, claro, pensando que lo mismo había gente que realmente creía que la Barbie secretaria existía y que tanto prejuicio junto solo podía ser una coña. Y me reí....inocente que soy.

Por supuesto nada de eso estaba escrito, cosas legislativas por lo visto, pero por supuesto nada de eso se podía obviar así que cayeron curriculums como moscas. Hasta que dimos con la perfección, yo estuve hasta por tirarme al suelo y alabar a semejante candidata: joven, mona y preparada ¿que más se puede pedir?... que hubiera ido a la peluquería.

Me quejaba yo de Mis pelo Pantene, pero que ojo tiene la niña para los de su especie. Ya vaticinó ella en la entrevista que era perfecta pero que.... se le veían las raíces. La Vox Populi por una vez entonó al son de lo coherencia y le dijeron que como podía ser tan superficial y ella calló como quien sabe que únicamente lo irracional termina triunfando y que el tiempo le daría la razón.

Y cuando la tiene la tiene.... la empresa X contestó a los dos días diciendo que no era posible contratar a la candidata perfecta porque se le veían las raíces.

"¿qué raíces?" ...yo lo pregunté manteniendo la estúpida esperanza de que la candidata perfecta hubiera sufrido una repentina enfermedad por la cual le salían raíces de las manos o algo similar.

"Pues las del pelo! si es que ya decía yo que así no se puede ir.... no vuelvo a pasar ni una aunque me llaméis superficial".

Así, mientras esta mañana me esmeraba por mantener la compostura que las empresas esperan de nosotros mientras subía por la Avenida de la muerte observando a lo que podría ser otra posible candidata perfecta a cualquier cosa por currículum (que no por cuestiones de peluquería), intentaba ver lo gracioso de la estupidez humana, si es que lo tiene, y esperaba que la chica que tenía delante tuviese la suerte de ser entrevistada en una habitación con tan poca luz que hiciese que sus raíces no la dejasen sin trabajo.

6 comentarios:

sti dijo...

Muy fuerte lo que cuentas, muy fuerte.

Verónica dijo...

¡Me acabas de amargar la mañana!

Veamos, criatura: Esta que teclea, en un año y medio, más o menos (no sé si aguantaré tanto, pero, vamos)tendrá, por fín, que abandonar la cómoda silla en la que lleva instalada más de dieciocho años (y lo de cómoda es de coña).
Lo único bueno que tiene el lugar (y esto es totalmente cierto) es que se me permite presentarme tal y como me da la real gana, es decir, sin tacones, con mis canas (que son mías y bien ganadas las tengo)y con vaqueros, si es el caso.

Según acabo de leer, cuando me toque eso de iniciar ronda de entrevistas (porque la lotería no me va a tocar, eso, también lo tengo claro), además de aprender un idioma, quitarme de un plumazo diez años y ponerme taconazos ... ¿voy a tener que ir a la peluquería y darme mechas?

OHHHHHHH, ¡no creo que pueda pasar por esto último, y, lo digo en serio!

A partir de ahora, voy a dejar de leerte por la mañana temprano, que luego ando todo el día deprimida y tirada por los rincones ....

Pipilota dijo...

ºoº

Madre mía... Creo que cuando me echen a la pita calle de esta mi super cómoda y extraña empresa, lo mejor va a ser que me vaya al pueblo a escardar cebollinos.

¡Qué país!

Juan Rodríguez Millán dijo...

Creo que he leído dos veces el post por si me había equivocado, por si había entendido mal en elagún momento... Bueno, vale, sorprenderme no es que me haya sorprendido, pero pocas veces había visto tal lujo de detalles en una de estas historias...

Yayo Salva dijo...

Triste ley la del mercado... de la carne, de las verduras, del trabajo.

*V* dijo...

Pues si, es fuerte,y una pena.

Jur, Verónica dicho así se confirma lo que yo ya sospechaba y es que me estoy avinagrando por momentos! ;P
Aún así, tranquila, por suerte aun no todos los trabajos son asi, solo aquellos en los que el jefe jefazo cubierto de pasta tiene antojo.

Lo mismo te digo Pi, tranquilidad, yo mantengo la esperanza de que no todos los trabajos son asi y sino.... yo te alquilo una estupenda habitación en la casita del pueblo ;*

La verdad Juan, es que me apetecia explayarme por eso de compartir mis miserias laborales con el personal y es que hay cosas que o las cuentas o te carcomen.

Pues si Yayo, así está el mercado, o el trabajo, aunque me da que siempre ha sido así y que dificil está el asunto para que la cosa cambie.