sábado, octubre 11, 2008

Estoy que no estoy



Yo pensaba que Madrid sólo se ponía imposible en primavera con eso del buen tiempo, las terrazas y los días cada vez más largos, pero no, parece que la conducta del bichejo madrileño es imprevisible e inesperada y en cualquier momento está capacitado para salir en masa a la calle con la única finalidad de tocarme las pelotas.

Así que incomprensiblemente (mira que me gustan las palabras que empiezan por "in-"... que prefijo tan chulo y tan negativo...) hoy a las 17:00 de la tarde, en pleno otoño ventoso, el centro de Madrid estaba hasta la bandera, con despedida de soltero extraña incluida. Digo extraña porque estaba formada por un montón chavales que no superarían los veinte (o al menos me encantaría saber que cremitas para mantener ese aspecto) que pedían a gritos unas 17 mujeres que les acompañaran en la última noche "de libertad" de no se quién. Yo, que iba a 200 por hora como cada vez que debo cumplir una misión, sólo he tenido tiempo de confirmar que iban vestidos con un pijama (lo que me ha parecido super práctico...yo quiero), constatar que era imposible, que eran demasiado jóvenes como para andar de despedida de soltero (uno no se casa o al menos no tan pronto!) y decirme a mi misma que no van a encontrar a diecisiete tías que les quisieran acompañar ni de coña, al menos no sin pruebas de que eran mayores de edad y que eso de la despedida de soltero no era una historia que se han montado para hacer el gilipollas tranquilamente por las calles madrileñas a la hora de la merienda.

Me disperso, que novedad. A lo que iba, Madrid hasta la bandera, y siempre que las calles están hasta arriba de gente, la gente siempre va en dirección contraria a la tuya y tu te las pasas todo el camino jugando a "no me toques" "aparta" y llegados el caso hasta a veces te ves obligado a recordar que era aquello de "alturitas" y para qué se jugaba en el patio del cole (no era más que un entrenamiento para tu futuro en las calles de Madrid, sin duda).

¿Y todo para qué? para nada porque después de luchar con la gente por las calles, por lo pasillos de la Fnac, por las escaleras mecánicas, con la cola de gente interesada en libros de autoayuda (tres personas delante mio con libros de autoayuda preguntando por la existencia de otros libros similares.... una consecuencia de la crisis es que la gente está dejando de ir al psicólogo para practicar ellos mismo en casa, como si fuera bricolaje, lo mismo...)..... y al final ¿qué? que no tienen el libro, ni tienen pensado tenerlo, ni en la casa del libro tampoco lo tienen, pero que si eso te lo traen...¿cuando?...algún día indeterminado entre una semana y dos meses.... gracias, muy útil, ya si eso me lo fotocopio.

Y en estas me he vuelto a casa, con la gente ahora yendo hacia el otro lado contrario al mio (a veces me da la sensación de no estar yendo al sitio correcto) pensando en lo imposible que esto de calibrar cuando va a ser un buen momento para ir tranquilamente al centro y disfrutar de él, y siendo consciente de que en breve necesito una juerga de esas de desestresarse porque apuntito he estado de irme a buscar a los chavales del pijama para decirles que si yo si eso les acompaño.
En fin, que Madrid no tiene la culpa, que estoy que no estoy, que vuelvo a vivir colgada del reloj y respirando profundamente para no perder la cabeza.

5 comentarios:

meriklimpt dijo...

Encantada de haberte encontrado... volveré!!

ROSA dijo...

En el campo esto no te pasaría!
Nena, pruébalo! Yo lo probé y no he vuelto a BCN para nada más que para ocasiones concretas o para reuniones pesadas..

Pipilota dijo...

Sí, es verdad, todo lo que ha dicho aquí la Cucu tás es cierto.

Vaya manera de empezar el lunes más dao. Ya estoy estresáita perdía sólo de situarme. uff. voy a beber agua y a fumarme un cigarro en la tundra de aquí abajo.
uff.

Hmmm bueno, lo de los chavales menores de despedida de soltero no lo puedo asegurar.

¿quedamos para el 14 de Nov del 08? ¿eh? ¿eh? ¿eh? ª_ª

Verónica dijo...

Madrid y sus calles. Madrid y su gente. Madrid y sus prisas. Madrid, Madrid, Madrid ...

Se nos olvida, a menudo, que el problema no está en la ciudad, se llame ésta como se llame. El problema está en nosotros, que estamos que no estamos, que queremos hacerlo todo, llegar a todos los sitios, duplicar las veinticuatro horas del día y encima dejar algún que otro rato para descansar y divertirnos.

Somos nosotros y no la ciudad los que estamos locos. De atar. Deberían atarnos a todos un ratito cada día. Berrearíamos como borregos, seguro. Quizás esa sería la única manera de que paráramos un poco. De que nos detuviéramos a pensar. En nosotros mismos, en nuestras necesidades reales, en el mucho tiempo que ha pasado desde la última vez que estuvimos queriéndonos un poco.

¿Cómo era eso que contabas del bricolaje de la autoayuda por la crisis? Pues va a ser que sí, aquí estoy yo, intentado remendar mis males actuales disertando sobre el descanso diario y las prisas emergentes ....

¡Qué país, por dios! (Besos apurados)

*V* dijo...

Gracias Meri, bienvenida pues!

Rosa, cada vez estoy más convencida de que el campo es la solución!! :D

¿el 14 de noviembre??? ¿por qué?? ¿que es?? mmm...vale! :D... ná Pi, y de todo lo demás ni caso me hagas, que ando como Doña Rogelia murmurando y gruñendo por las calles!

Toda la razón que tienes Verónica, Madrid puede ser estupenda si sales con ganas de disfrutarla, pero como lleves la negatividad por montera, te estresa.... pero vamos, Madrid y cualquier parte!

Besos, besos, besos, besos.