viernes, marzo 06, 2009

De aeropuertos


Aeropuertos. Deliciosa tortura ideada en el S. XX y perfeccionada en el XXI para torturar lenta y progresivamente a la población hasta el punto de conseguir volverles locos.

La idea es básica: se plagia el comportamiento de los dictadores del siglo pasado y se aplica a un ámbito no político para esquivar así que las organizaciones de derechos humanos se pongan tontas. Además, se consigue algo que no se había alcanzado ni en el imperio romano, una gran tiranía mundial acorde con las pautas de la globalización capaz de putear a todo el planeta sin distinción de raza, sexo o condición social. Sólo unos pocos privilegiados escapan a la tortura aeroportuaria.

Y es cruel, sin duda. En primer lugar ya la disposición y al acceso a los aeropuertos es cruel. Están atomarporculoalaizquierda y no suelen estar dotados de grandes medios de transporte, que conjuguen comodidad y economía, que te lleven a ellos. Así que lo primero a lo que te tienes que hacer a la idea es de conseguir que tu equipaje sea ligero para poder llegar allí. Parece fácil, a priori... pero no lo es.

En ese equipaje debes incluir lo necesario para un viaje. El sistema te da la opción de facturar o llevar equipaje de mano (equivalente del nazismo entre las duchas o la servidumbre). Sabes que si facturas tienes que pagar (es decir como medio mundo adquiere sus billetes por ofertas en Internet estás conllevan habitualmente una condición y es un coste de facturación...) pero claro, está la otra opción, la chuli, la que escogemos todos, la de equipaje de mano porque piensas "bueno, me dejan llevar una bolsa medianamente grande en donde con pericia y metiendo cosas en un bolso cruzado sutilmente cubierto por mi abrigo, puedo transportar". Bien..... no. Todo tu maravilloso plan dependerá de quien sea la persona que te atienda en el control. Por muy amable que sea contigo la señorita de facturación (que habitualmente te dice "! no pasa ! facturame solo esto!") puede que en el control te toque un clon de Mussolini, o uno de Hitler o con suerte Gandhi....

Cuando llegas al aeropuerto sabes que no hay una norma, estás igual de nervioso que si tuvieses que declarar ante las SS, sabes que es subjetivo y que no depende de ti. Así el otro día mientras yo pasaba libremente por el control con la maleta y el bolso, a una amiga la hicieron meter el bolso (más pequeño que el mio) en la maleta (más pequeña que la mía) para ver "si es verdad que no vas a tener que facturar....". Una pena, a ella le toco Hitler, sin duda.

Además ese nerviosismo es producto de otro condicionante: todas aquellas cosas que no puedes llevar en el equipaje de mano pero que no sabes muy bien que es lo que no puedes llevar. En los carteles informativos que tu no paras de mirar cada vez que vas al aeropuerto, te informan de que no puedes transportar explosivos, ni pistolas ni hachas. Vale, eso me queda claro pero....¿que es eso de los líquidos y los metales? pues bien, es una nueva forma de tortura basada en la anulación de tu intimidad y la confusión constante.

Pasas el tiempo que esperas en el control preguntando y preguntándote cuantos mililitros llevas encima, qué se considera líquido, si realmente lo cremoso se considera líquido, si los productos en polvo equivalen a amenazas terroristas y por tanto a los líquidos.... conclusión que caes, y decides tirar a la mierda cualquier cosa que imagines que pudieras catalogar como amenaza terrorista si fueras Hitler (o Bush) y te das cuenta que te vas a gastar un dinero innecesario en productos cosméticos en tu lugar de destino...productos que a tu regreso vas a volver a tirar a la basura de nuevo.

Cuando parece que estás mucho más tranquilo porque no llevas encima nada salvo textiles, llega el momento de los metales. Bien, ahora ya no solo tienes que dejar en la cinta del detector la maleta, el bolso, el abrigo, las monedillas sueltas de los bolsillo, el tabaco y el mechero, las horquillas, los imperdibles y los anillos sino que además, a riesgo de coger todos los hongos del planeta, te debes descalzar y hasta dejar los empastes. Y aun así, cuando estás practicamente en bolas, pasas por el detector y pitas. Entonces llega una tía te hace ponerte en cruz y te mete mano a lo bestia. Y te hace volver a pasar. Y vuelves a pitar. Y te dan ganas de pedir que comprueben si es que te pusieron una placa metálica en la cabeza o algo porque, de verdad, todas las posibles amenazas terroristas ya las has dejado en la cinta y no te queda casi nada encima.... yo estoy planteándome pedirles que si me puedo montar yo también en la cinta del detector, justo detrás de mi maleta, porque sería infinitamente menos humillante. Y es que claro, la opción de llegar vestida únicamente con una gabardina que te puedas quitar al pasar el control (y al menos pasarlo por voto propio en bolas) no está permitida porque se considera escandalo público (lo que diferencia qué es escándalo público y qué no se basa en que seas tu el que decidas despelotarte o que sea una autoridad la que lo haga, esto último no es escándalo público).

Mientras vuelves a vestirte, una vez pasado el control, mirando a los supervivientes que han conseguido alcanzar el otro lado con algo de dignidad (siempre está al que le ha tocado probar la leche materna de los biberones de su hijo y se viste mientras corre al baño a vomitar...) te inunda una estúpida euforia por haber alcanzado el paraíso del Dutty free y los puntos de fumadores porque sabes que en esa estancia, aunque tengas que fumarte un cigarro con 50 personas más en 2 metros cuadrados o tengas que dar codazos mientras se forman las filas del Grupo SB, SA, A y B (y Z), ya nadie (hasta tu regreso) te va a obligar a quitarte hasta los zapatos en un sitio público.


2 comentarios:

lentejas dijo...

Y lo cachondo que resulta que te analicen de arriba abajo y cuando por fin pasas, sin líquidos ni nada sospechoso de tener filo, en las tiendas de dentro te venden unas navajas toledanas, unos estoques de torero.... Esas cosas, por supuesto sí las podrás subir al avión ¿No?... Porque ya no hay más detectores y no te las dejarán comprar para nada, además ya es imposible facturarlas...

Es surrealista...

*V* dijo...

Por supuesto! y también venden mogollón de líquidos que puedan suplir esos que te han obligado a tirar... pero es que si pagas si que puedes transportar amenazas terroristas, claro!

Surrealista no, lo siguiente :D