miércoles, abril 01, 2009

De castings



... o de como ser consciente de lo verde que está una aún en ciertos temas y de que ciertos temas no son lo suyo. Lo bueno que tiene ser nueva en algo es que te permite de nuevo ser consciente de hasta que punto tienes que mejorar y donde se localizan exactamente tus errores.

Y es que resulta que hace un par de semanas me encontré que habían convocado un casting de LSE. He de reconocer que de entrada no me importó demasiado lo que hubiera que hacer, me explico, ni siquiera me plantee que lo que estaban buscando eran presentadores, cuando estás deseando empezar a tener experiencia con algo obvias pequeños detalles que, en este caso y teniendo en cuenta mi miedo escénico patológico, debería de haber tenido en cuenta. Total, que yo, más chula que un ocho como soy a veces, envié el CV y todo lo que me pedían y ellos, infinitamente optimistas, me citaron para ayer.

Y allá que te fuí, más feliz que una perdiz, olvidando lo que significa la palabra casting y que ello implica, evidentemente, al menos un grupo de gente con cámara mediante. Después de la experiencia de ayer he de decir que valoro infinitamente más la labor de actores, presentadores y todos aquellos que se ponen delante de una cámara (hola blanqui!) y de cómo consiguen que no se les pongan las orejas colorás... porque si algo descubrí ayer que no supiera es que cuando me pongo delante de una cámara se me ponen las orejas como tomates...entre otras cosas.

La cosa iba a así: llegué, me presenté y me hicieron esperar, como en todas partes claro, y yo mantuve la actitud de una entrevista de trabajo normal. Y llegó el momento en que me dijeron que íbamos a empezar y fuimos a una sala en donde, oh dios mio, de repente fui consciente de lo inconsciente que llego a ser. Lívida creo que me puse, porque los tres tíos que había allí más la mujer maja (ese es su nombre después de que ayer me sufriera) , el gato y hasta la cámara, me preguntaron que si me encontraba bien. Si, si, sin problema, tranquilidad, respira nena, respira ¿que has hecho? estas tonta! venga va, ya que estamos aquí.... Así que manteniendo mis pensamientos de control del pánico me dispuse a leerme las 7 páginas que tenía que contarles en LSE. Bien, gracias a eso sabemos que además de miedo escénico poseo cierto síndrome del olvido que bien podríamos categorizar como un latente Alzheimer.

Según lo leía, les decía que ya estaba preparada, daba dos pasos y les pedía dos minutos más para volver a leer lo que, no sólo no es que no recordara alguna palabrita, es que había olvidado hasta de qué trataba. Ellos, pacientemente, repetían constantemente "sin problema, tu tranquila, tomate tu tiempo..." a pesar de que era casi su hora de irse y eso tenía pinta de alargarse. Cuando me dí cuenta de que por muchos "dos minutos" que les pidiera eso me iba a costar más tiempo de lo esperado tuve un plan! un excelente plan!!... una mierda de plan, de hecho. Cómo no tenía demasiado claro como salir de allí manteniendo mi dignidad e intentando que la jornada laboral de esa buena gente no se alargase demasiado con algo que no merecía la pena pensé "pues ya está, hago el primer texto entonces todos nos damos cuenta de que yo no tengo el nivel para estar aquí y les digo que mejor me voy y todos contentos". Ya, seguro.

- Cuando yo te haga una señal....
- Espera, espera...¿que tipo de señal?
- Una así con la mano... bueno, cuando te haga la señal me tienes que decir tu nombre y tu número de participante en el casting...
- Perooo....¿nombre? ¿nombre y apellidos? ¿primero nombre y luego apellidos o al revés? ¿me presento o lo digo sin más? ¿pero por señas o en oral?
- ¿¿¿???... no se, lo que veas....
Señal
- ehmmm...hmmm... Verónica ¿no? ...hmmm... mi número, osea el número ¿vale? el que me habeis dicho, es el 181.

Y eso, señores, es todo mi poder de oratoria. Y partir de ahí decidí que lo mejor que podía hacer era tomármelo a risa y que aquello, por el bien de todos, fuera rapidito sobre todo porque a estas alturas una ya sabe para qué está capacitada y para qué no.

Primer texto, me lo inventé. No es que metiera "paja" como en los exámenes de mis mejores épocas estudiantiles, no, me lo inventé tal cual porque cómo ya hemos visto que olvido cosas pues... de hecho hasta me inventé las señas porque sufro el defecto de mezclar lenguas de signos oficiales con las familiares así que, cuando los nervios me provocan cierto bloqueo mental, termino usando las familiares las cuales, evidentemente, no las entiende ni dios salvo mi madre.

Tras el primer texto no tuve pelotas a decir "basta" y terminé haciendo el segundo. Así que entre risas por las paridas que me dio por decir y por los gestos que, como ya he dicho, ni dios entendía salvo yo, y las veces que hice parar al cámara, decidí que el tercer texto no lo hacía. Y conste que lo dije. Tomé la palabra y les dije, con un tono de voz solemne, que creo que aquello estaba durando demasiado para lo que yo estaba aportando y que lo mejor, y eso todos lo sabíamos era que, aunque estábamos pasando una entretenida sobremesa, era que me fuese. Y me dijeron que no, que me quedaba, entiendo que a modo de castigo por hacerles salir más tarde de su hora. Así que, de perdidos al río, empecé a hacer el tercer texto que eran de los de gesticular a cuchillo. Y allí que me puse yo como una loca gesticulando cosas incomprensibles hasta para mi misma...

En el momento en el que terminé, me despedí cordialmente comentándoles que sentía que aquello se hubiera alargado con tanto "para la cámara!" y risitas nerviosas absurdas. Ellos por su parte, me invitaron a ver sus servicios y no comentaron nada de que ya me llamarían, como es evidente!

Así que esta, sin más y obviando vergonzosos detalles que creo que mi consciente ha mandado a mi inconsciente (como hace siempre) esa es la extensa y aburrida historia de cómo me di cuenta de lo verde que estoy aún con eso de la LSE, de lo mal que se me dan las cámaras, de las ideas estupendas que tengo cuando me aburro y de cómo, para la próxima, valoraré primero mis capacidades antes de apuntarme a nada. Pero oye, que relajada te quedas después de tanta adrenalina y tanto estrés, me dan ganas de seguir haciendo castings para ahorrarme algún que otro método costoso de liberación de estrés...

4 comentarios:

Blanky dijo...

hola Vero!

*V* dijo...

:)

Verónica dijo...

Jejejejejejeje ..... ¡Si es que casi he podido verte a medida que te ibas contando!No tienes gracia tú ni ná para contarte en las peores situaciones y conseguir, de inmediato, una sonrisa en el oyente.

Me has hecho recordar mi entrevista favorita de trabajo. La que realicé hace más de veinte años en donde ahora tengo el "honor" de currar. Pasados unos cuatro, mi jefe reconoció que, aquel día, literalmente, le parecí "idiota". Jejejejeje, de veras que me lo dijo así, sin anestesia ni nada.

En fin .... con todo y con eso, aquí estoy, más de veinte años después ....

*V* dijo...

¿Tu jefe te ha contado eso? bueno claro, la de jefes que habrá por el mundo que tengan que contar grandes batallitas de mis comienzos o mis entrevistas!! ;D

;*