martes, abril 14, 2009

De credibilidad


Desde la aconfesionalidad adquirida, leo eso de las 300 voces firmantes, dentro del seno de la iglesia, que comentan y ponen pegas al hermetismo católico obsoleto, y me alegra, la verdad. No se si es más por comprobar que se puede ser practicante de algo sin llegar a ser un borrego y faltar a los principios de la evolución o por la emoción de que, por una vez desde hace demasiado, las críticas vengan desde dentro.

Críticas más que obvias y necesarias, dicho sea de paso, ante el comportamiento irracional, asocial, incongruente y marcadamente insensible que transmite la jerarquía eclesiástica que no deja de ser, en el fondo, lo que crispa y enerva. Uno ya tiene bastante con sus Estados y sus Gobiernos, a los cuales en el fondo eliges, para tener que acatar normas absurdas o políticas ridículas para que encima también le vengan a tocar la moral en lo concerniente a su vida personal.

Cuesta entender que llegados al siglo XXI aun existan instituciones que fomenten tabues y prejuicios entorno a la sexualidad, que vayan en detrimento de la evolución científica, que intenten intervenir en materia política e imponer su dogma frente a todo lo demás aunque este vaya en perjuicio de la sociedad. A veces da la sensación de estar presenciando algún remake cutre de épocas medievales, sobre todo cuando en las noticias tienen a bien informarte de que el Papa ha andado predicando en contra del condón en África, comparando el aborto con el terrorismo o condenando a los infiernos a todos aquellos que han decidido vivir en pecado (santigüemonos si encima el pecado resulta ser homosexual!). Sinceramente, da miedo pensar que el bicho humano no haya evolucionado lo suficiente como para evitarse dolores y complicaciones innecesarias.

Para mi, desde mi deseo de respeto y libertad y todas esas chorradas que aprendería en vete a saber que etapa hippie de mi vida o por culpa de algún incauto estado laico, es complicado criticar ciertas cosas sin luego sentirme infinitamente culpable. Pero digamos que he encontrado la justificación ideal, y es que para mi es respetable que cada uno crea en lo que quiera..... pero ¿es todo respetable o solo aquello que no daña la integridad y la libertad del otro? y es que esto siempre me lleva a recordar esa apología del SIDA o los daños a largo plazo que causa la represión sexual.

Por eso me pone contenta (no confundir con cachonda, por dios!) que desde el seno de la Santa Madre se abogue por una modernización intelectual, por la coherencia y por la tolerancia porque en el fondo la base de las religiones reside en las personas (incluso alguna religión atrevida llegó a tener en cuenta a todas las personas al margen de la condición que sea...). Y gracias a esto no seré yo la que vaya a cambiar mi aconfesionalidad por sabe dios que prácticas, si no porque, oyes, esto le puede facilitar mucho más la vida a aquellas personas que quieran creer o practicar o ser.... que ya es triste que sea la religión la que le complica la vida a las personas.

Al final todo esto no dejará de ser puro politiqueo interno de la Santa Madre pero bueno ,ya sabemos que a pesar de todo al menos siempre te dejará el gustazo de haber opinado y divagado.

Uno de los artículos relacionados con el tema es "Iglesia en crisis y perdida de credibilidad" de Juan Jose Tamayo, director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Islam. Cultura, religión y política (Trotta) además del manifiesto por la credibilidad de la Iglesia.

4 comentarios:

lentejas dijo...

Pasa que en toda institución histórica y tradicional cuesta mucho avanzar ideológicamente, pero en la Iglesia Católica (lo pongo en mayúsculas para no ir al infienno)muchísimo más, su alta jerarquía es el retrato de lo más obsoleto de nuestra historia... Menos mal que la base de la Iglesia (lo pongo en mayúscula porque les respeto) son personas que luchan por mejorar el mundo físico y espiritual de la gente... Van a tener que ejercer más presión a partir de ahora para cambiar algo...

Verónica dijo...

Esta vez, mejor me callo y hago como si no hubiera pasado por aquí, porque, si suelto algo, va a ser muy fuerte, y, además de excomulgarme (cosa que ya debo estar, porque creo que he cometido todos los pecados que consideran necesarios para ello), seguro seguro que me lanzan un mal de ojo, y, vista mi situación actual, como que no es muy conveniente que se diga.

Eso sí, me alegro de que seas capaz de respetar .... En mi caso, he llegado al punto de sólo respetar aquello que merece respeto, y, esa institución y sus acólitos, para mí, hace mucho que perdieron ese derecho ... pero mucho, mucho, mucho tiempo.

(Ya lo decía, mejor, cierro la boca y me ato los dedos).

lentejas dijo...

Lo he vuelto a releer, es que yo cuando sea mayor quiero expresarme como tú...

Estoy totalmente de acuerdo en todo

*V* dijo...

Yo siempre digo lo mismo pero, habrá que verle la parte entretenida a esto de la Santa madre...y es que ¿qué nos quedaría por criticar??? ;D

Besos guapas