lunes, mayo 04, 2009

Autocensura


Yo no se los demás, pero a mi una de las grandes cosas que me ha descubierto aquí mi criatura, es mi capacidad para la autocensura. Yo pensaba que tener una vía como esta, para poder decir lo que me diera la gana sin las limitaciones que implican una conversación en persona, me iba a permitir violar esas normas que yo solita me pongo y que están asociadas a esa opinión tan mía sobre la sinceridad y lo relativo de la misma.

Pero no. De lo que me he dado cuenta es que me autocensuro bastante más en el blog que en persona, quizás por aquello de que la letra impresa le da a las palabras una autoridad y una inmovilidad que el lenguaje oral les resta porque al fin y al cabo las palabras cuando pasean por el aire siempre corren el riesgo de caer en el saco de la desmemoria, cosa que se hace difícil en las que deambulan por el papel (o la pantalla, según). O porque quizás a uno le gusta menos tener que puntualizar matices a las afirmaciones porque por escrito suena más a rectificar y modificar opiniones (lo que ya se sabe que se ha decidido que eso sea cosa de poco carácter) que a desdecirse.

Así pues, después de un puente de mayo intenso como pocos, una podría ponerse a contar por qué ha decidido que por mucho que te rías en la oficina con la gente esto no implica que te vayas a reir lo mismo en tus ratos de ocio, no sea que descubras que las gracias diarias del habitáculo matutino te pueden resultar una ausencia de educación allá en donde los que trabajan son otros. O cómo decides que, a pesar de toda la solemnidad de tus palabras en relación a ciertas cosas, prima más el respeto a una amiga que tus opiniones sobre todo lo humano y lo divino. O incluso prefieres omitir como la cremallera de un vestido puede convertirse en protagonista, aunque sólo sea por haber sido finalmente decapitada con unas tijeras.

Y decides no contar, por saber que a veces puedes resultar refunfuñona como pocas, porque quizás lo que se escribe puede ser leído con una firmeza y seguridad que realmente no es tal, porque te planteas (bastante más que cuando hablas por aquello de la diarrea verbal) que lo que cuentes o lo que digas puede entenderse sin lo relativo en lo que realmente crees, sin la multiplicidad de visiones en la que confías. Y porque sabes que no todo el mundo sabe que esto no soy yo ni deja de serlo, es sólo una parte más que sin el resto no tendría mucho sentido.

Así pues me censuro, probablemente cada vez más, por miedo a faltar al respeto o a ofender a quien quiera que se pasee (cosa que a veces me sorprende por la ausencia de publicidad que le doy a aquí mi garito...) o porque estoy pretendo una cautela que a veces consigue el efecto contrario, a saber.

6 comentarios:

Juan Rodríguez Millán dijo...

Quien firma con su nombre (como es mi caso) y quien sabe que algún conocido lee lo que escribe, se autocensura. ¿Malo? No del todo. Porque si algo ofende, parece que ofende más por escrito. Aquí se limita la capacidad de réplica directa y la de rápida explicación.

Tiene ventajas, y tiene inconvenientes... Yo lo tengo claro. Temas personales, autocensura posible (porque no he abierto un blog para generar, airear o empeorar problemas personales); temas generales, autocensura imposible (porque lo he abierto para explicar mis opiniones y reflexiones).

Verónica dijo...

Iba yo a dar una explicación de esas mias cuando he leido el comentario anterior y casi he decidido que mejor me callaba (que bien se expresa el mencionado comentarista anterior).

Me limito a decir que, con mucho, la autocensura que nos imponemos en nuestros rincones es casi peor que la que mantenemos en la vida diaria (en mi caso, bastante poca, para ser sincera). Tiendo a decir las cosas a la cara (asumo las consecuencias que ello provoca, que no son pocas), pero, es cierto, expresarlas por este medio no es lo mismo. Primero, porque no sabes quién va a leerlo; segundo, porque no es lo mismo que alguien te diga a la cara que eres un cabrón con rabo coloraó a que te enteres de que esa misma opinión sobre tu persona está al alcance de otras terceras a las que, tal vez, no te apetezca que sepan tal pensamiento.

Solemos callar para no herir, no al protagonista de nuestro dardo, si no a aquellos cercanos que andan por el medio a los que puede doler semejante apreciación personal de la que, creen, no podrían mantenerse al margen.

En cuanto al resto .... de autocensura, nada. Todavía recuerdo un post sobre SPAVIV que acarreó no pocos correos con desconocidos sobre funcionamientos varios de este nuestro sistema ....

Me ha gustado mucho tu reflexión, tocaya. Por lo sincera, más que nada, eso sí, me quedo sin saber ninguna historia de tu fin de semana .... lástima.

*V* dijo...

PUes si, si que habla bien el jodio, ambos de hecho ;D

Estoy de acuerdo con ambos, y en la medida de lo posible, yo (como todos imagino) prefiero ser todo lo sincera que pueda, pero el blog me ha permitido descubrir que esa sinceridad pasa por el filtro de la censura, sobre todo como dice Juan, en lo relativo a temas personales y a veces incluso en temas generales. Imagino que influye el hecho de que las opiniones sobre temas generales a veces no están desligadas de las opiniones personales, tuyas y de otros, y quizás lo que más cuesta (por escrito) es dejar constancia de que no consideras tu opinion como algo universal y que puedes respetar cualquier opinión argumentada.... y es que como tu has dicho Verónica a veces callamos para no herir.

El puente estupendo, aunque reconozco que pondría a parir a un par de compañeros de trabajo para luego desdecirme dos días después cuando se me hubiese olvidado el estrés que implican las cenas de empresa ;D

Ya me dará en otro post por contar las cosas estupendas que tambien acarrea el bicho este xD

Besos

lentejas dijo...

"las palabras cuando pasean por el aire siempre corren el riesgo de caer en el saco de la desmemoria"

Sólo por esto ya merece la pena leer la entrada... Ya te haré el comentario luego...

lentejas dijo...

Bueno, yo en mi blog me autocensuro porque lo leen mi familia y mis amigos, y no quiero hacer daño a nadie de los que quiero, pero últimamente he descubierto que me lee gente del pueblo de mis padres y eso me ha hecho releer todo y multicensurarme de nuevo... En fin, que realmente no creo que escriba nada "censurable", no robo, ni mato. A quien no le guste, que no mire...

*V* dijo...

Si, eso pienso yo a veces que al fin y al cabo a quien no le guste que no mire, pero siempre termino aplicando ese pequeño filtro para evitar combates con las sensibilidades, empezando por la mia!