martes, mayo 12, 2009

De pildoras


Hará cosa de unos dos mil años, mi amiga y yo fuimos a una farmacia a comprar una de nuestras primeras cajas de condones, con tanta suerte que para contribuir a una vergüenza que nos mataba y al extraño miedo de que nos pillaran haciendo algo horrible (como si el sexo siguiera siendo eso tan horrible que hará que vayas derechita a entrevistarte con Belcebú..), entramos en una de esas farmacias que se reservan el derecho de vender condones.

Nuestra cara debió de ser un poema cuando la farmaceutica, echándonos una inolvidable mirada moralista, nos dijo que allí no se vendía " de eso". Y nosotras, no sabíamos si reír por lo ridículo que nos parecía semejante despropósito (al fin y al cabo nos habían sermoneado mil veces en colegios e institutos sobre lo importante que era usar condones...) o morirnos del todo de la culpa y la vergüenza por esa idea que transmitía un mensaje tan corto pero tan eficaz. Así que nos fuimos, pensando que sin duda no habíamos sido las primeras a las que la profesional del asunto las echaba pero que nosotras seríamos tenaces y no nos resistiriamos a hacerlo a pelo porque, sin duda, eso es lo que se consigue si no se proporciona la información y los medios anticonceptivos adecuados.

Al final, encontramos la farmacia adecuada en donde, esta vez si, una profesional no solo nos vendió lo que buscábamos sino que nos explicó lo necesario para calmar nuestras dudosas y aún puritanas miradas.

Ahora mismo me alegra saber que a esa primera farmaceutica de orgullosos preceptos morales quizás no se la vaya a obligar a vender "de eso" pero le va a tocar vender de lo otro . Y que cada uno en privado haga lo que quiera pero, si la mayor pega que tienen que poner algunos "expertos" en la materia es que va a aumentar la promiscuidad, me alegra saber que no sólo no se va a necesitar receta sino que además va a ser de venta obligatoria en todas las farmacias, que en tema anticonceptivo es como debería de ser.

4 comentarios:

Verónica dijo...

Como siempre, muy bien contado. Como casi siempre, totalmente de acuerdo contigo.

Pero ...... (que sería de mis opiniones sin los peros).... Tengo una gran duda al respecto. Dada la actitud de los jovencitos de hoy, no crees que, al estar a mano este nuevo método, se olvidarán de que, además de un embarazo no deseado, también hay otra serie de enfermedades que pueden albergar en sus cuerpos? Vamos, que no se van a embarazar pero van a pillar todas las plagas habidas y por haber.

Esa es mi gran duda, creo que, esa medida (que me parece genial, por supuesto) no vale de nada sin que vaya acompañada de una conciencia educativa que, curiosamente, antes, cuando tanto nos costaba todo, sí teníamos y procurábamos y, ahora, que todo está tan a mano, parece que a ningún joven le interesa.

Mi plural y yo llevamos días discutiendo el asunto .... Complicado el tema, bajo mi punto de vista.

Ea, ya he soltado el rollo del día .... Voy a seguir currando.

*V* dijo...

No te sobra razón al plantear ese enfoque que, para mi, es quizás uno de los pocos discutibles pero... ¿realmente sin la venta libre de la pildora del día después la gente usaría condones?
Esa desconfianza ante, de repente, un montón de gente que haga caso omiso a la información tambien se me queda, como una espinita..pero yo creo que la reticencia (aun!) al uso del preservativo va más allá de pildoras, abortos o cualquier otro medio que nos de por crear.

Yo confio y confiaré siempre en la educación y en la información. Mis padres no han sido precisamente "modernos" em materia sexual, de hecho, jamás se plantearon proporcionarnos una educación sexual por aquello de que "la moral de una casa es la moral de una casa" pero yo no considero que haya crecido desinformada porque, hoy día, el que no tenga información es porque no la quiere.

Hmmm... así que parrafada mediante para entretener yo tambien mis ratos laborales podemos concluir que estamos de acuerdo ;D

Besos guapa

lentejas dijo...

¿Pero una farmacia puede negarse a vender preservativos? No deberían tener ese derecho si son un servicio público, creo yo.

Una cosa es ejercer la objeción de conciencia a la hora de practicar un aborto, cosa que acepto aunque yo opine otra cosa, del mismo modo que acepto la del joven que se negaba a disparar en la mili, y otra cosa muy distinta negarse a vender profilácticos aferrándose a motivos de conciencia...

Si una farmacia es un servicio público, debería regularse y obligar a ofrecer los productos básicos...

*V* dijo...

Si, eso sería lo ideal, que al menos las farmacias estuviesen obligadas a vender condones...

O eso de que los regalen por las calles como hace relativamente poco hacían por la calle Fuencarral.. pero lo triste es eso, que sigue habiendo farmacias que tienen más pasión por la sífilis que por la salud...