miércoles, julio 14, 2010

Tristes tópicos



"...o idea estereotipada y poco significativa, expresión repetida tantas veces que se ha convertido en vulgar o trivial."

Están por todas partes, pululando por la realidad para intentar meterse en nuestra cabeza o, aún peor, pululando en nuestra cabeza para poder hacerse con la realidad.

Pero tiene su encanto verles saltar, cambiar, bailar, modelarse para intentar atraparnos, aunque lo divertido, a veces, para los que nos entretenemos con cualquier cosita, es ir a ellos, cazarlos: mirarlos, observarlos, acercarte lentamente y meterlos en la jaula de grillos que intente analizarlos. Intentar, que no conseguir, porque los son complicados, y rápidos y tienden a querer engañarnos con los tópicos que viven en nosotros. Y ¿para qué? para nada probablemente, cómo la mayoría de las cosas, el motivo que las mueve las convierte en cosas sin encanto.
Puede servir para dejarlos escapar con la intención de encontrarlos de nuevo en otros lugares, vestidos de forma distinta pero representando lo mismo. Podría servir, eso también, para verles jugar con sus amiguitos, aunque al final el que gana es siempre un tópico, el tuyo o el de enfrente. Sirve, eso sí, para verlos corretear a través del papel ocultándose en las letras que luego devoramos, o saliendo disparados en forma de palabra a través de la boca con intención y ganas de hacer reír o de morder y arañar, según las ganas de guerra que tenga el tópico en cuestión. Guerra que perdemos de antemano porque, ya dije, son difíciles de eliminar.No mueren, siempre están ahí, mutando, cambiando, escondidos.

Hay quien se rinde ante la evidencia de que es más fácil jugar cuando se conocen las reglas y se acatan y se dejan llevar a la maravillosa paz de la verdad absoluta,sin darse cuenta de que la diferencia es una cuestión de ceguera, no ver no hace que las cosas no estén, y hay quien pasa la vida intentado esquivar los zarpazos de la trivialidad estructurada sin ser conscientes de que no todo puede ser visto.

Enfrentarse a ellos es una batalla perdida de antemano porque los tópicos son eso, el escudo que hemos creado para no tener que vomitar el miedo. La sardina que se muerde la cola. El miedo, que nos protege o nos destruye, que se alimenta de tópicos, de uno en uno o de cien en cien, según.
La estética, la filosofía, lo natural, lo real, la actitud, la aptitud, lo tradicional, lo moderno, el sexo, las relaciones, el amor, el ocio, el trabajo,lo tradicional, lo moderno, la obligación,la conducta, la voluntad... Ahí están, por todas partes.

2 comentarios:

Verónica dijo...

Ahora mismo, vivo inmersa en ellos. Espero por mi bien, y el de alguno más, que esta etapa sea solo transitoria.

Un beso, tocaya (me gusta verte de nuevo por aquí).

*V* dijo...

Espero, yo también, que lo sea. Aunque nos pasamos la vida a saltos entre tópicos, roles y clichés así que casi mejor tomárselo a risa, ya sabes.

Un beso y ánimo (lo mismo digo, siempre es un placer leerte ;) )