martes, junio 28, 2011

La mancha de mora...


... no se quita con mora, se quita con limón. En serio. Y a mí siempre me ha funcionado porque como mezcles moras con lo que puedes terminar es con una mancha indefinida, profunda y de color extraño.
El limón en cambio es mano de santo para un montón de cosas. Ácido pero efectivo. Blanquea y depura. Y solo, refresca.
Hay una plaga de mal de amor, por lo visto, y como siempre que lo que ocurre es ajeno, sentábamos cátedra. Y la mía es el limón, porque cada sastrecillo tiene su truquillo, o lo que el refranero reserve para estas cosas, y el mío pasa por dosis de acidez a poder ser endulzadas con humor.
Por eso se me dan de pena los consejos, porque me guardo la ternura para cuando toque limonada.
Aunque no siempre se puede sentar cátedra, eso lo aprendí allá por Febrero. A veces simplemente no sirve ni la mora ni el limón. Si en un segundo destruyeran nuestro armario no nos quedaría más remedio que volver a ahorrar para rehacerlo.
Peores cosas hay, está claro, pero mientras no se haya jodido el armario sino sólo una camisa, me sigo quedando con el limón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No he entendido naaaadaaaa.. ¿Me lo explicas?

Nessi

*V* dijo...

jajajajajajaja..

De ahí que me sienta incomprendida jajajajaja