lunes, noviembre 07, 2011

El metro, cómo no...




De los creadores de "Dejadme entrar antes de salir", "Los que soñaban empujar por un sitio en el metro" y "El final de la escalera mecánica" llega la última entrega de la saga "Terror en el metro": "Sujeta la puerta que ya paso yo".


De un tiempo a esta parte he notado una evolución en las sutiles formas de los ciudadanos suburbanos. Sin duda, el instinto de supervivencia está consiguiendo que las maneras sean cada vez más complejas y retorcidas y todo con una única función. No sé cual, pero seguro que hay una única función.


Yo ya me había acostumbrado a que eso de "dejen salir antes de entrar" es un mito, digamos que es una de las primeras cosas que aprendemos cuando usamos el transporte público. Lo que pone en las puertas, y con los años en todas partes, es mentira. Si quieres salir antes que te arrastren los que van a entrar debes imponerte. Cuando has superado eso y crees que estás dominando la situación, debes enfrentarte a una nueva especie: los que, cuando entran al vagón, usan todo tipo de técnicas (desde los simples empujones hasta el lanzamiento experto de bolsa/carpeta) para ocupar el asiento libre en cuestión. Es una especie que mantiene ese tipo de prácticas haya un sitio libre, o quinientos. No se trata de sentarse, es una forma de marcar el terreno, como los perros cuando mean en 120 arbolitos aunque vayan todos seguidos. Esto es igual. Este tipo de gente empuja aunque vayan solos.


Finalmente aprendes a controlar tus nervios con aquellos que no terminan de entender el funcionamiento de la escalera mecánica. Siempre piensas que los que se paran en el lado izquierdo es porque no son de Madrid. Cuando les ves en la misma línea durante meses definitivamente empiezas a pensar que son macarras y te están buscando las cosquillas. Al final, simplemente, inspiras y te dejas llevar por el desorden mecánico. No por propia voluntad sino más bien porque, después de probar múltiples técnicas (desde el carraspeo a los dos toquecitos en el hombro) sabes que no hay nada que hacer.


Pues superado todo esto, nada me pone más de los nervios que esa costumbre absurda (y cruel) que está cogiendo la gente de dejar que les abras la puerta. Y no, no me refiero ni a mancos, ni a embarazadas, ni a señores/as con carritos. Si siempre me he quejado de los psicópatas que pretenden asesinarte con un golpe de puerta en la cara cuando vas a salir del metro por aquello de no sujetar la puerta tres segundos, me he dado cuenta de que esta gente quizás no lo hace con intención de romper la nariz a un perfecto desconocido sino por instinto, por defenderse de una raza suburbana infinitamente más ruin: los no sujetadores de puertas.


Tengo la estúpida costumbre de sujetar la puerta para evitar que esta colisione frontalmente con la persona que va detrás de mi. Esto nunca ha sido ningún problema porque, con mi anterior karma, la persona que venía detrás de mi sujetaba a su vez la puerta para evitarle un daño inesperado a un tercero. Pero ¿Qué ha pasado? pues que ultimamente sujeto la puerta y, cómo la persona que va detrás no la sujeta, termino abriéndole la puerta cual portero del Ritz. Y ni las gracias ni ná.


El primer día lo achacas al despiste ("Cosas del karma" pensé), el segundo día te extraña (por ser personas diferentes. Nada, el karma). El tercer día ya te empiezas, así cómo a cabrear ¿no? (A ver si lo que está jodido no es mi karma...). El cuarto día te das la vuelta, miras mal y gruñes (gruñido animal porque el karma se te está jodiendo cosa mala). Pasado ese día ya no te importa soltar la puerta para romperle la nariz al de detrás (karma cabreado de verdad). Por eso es la más cruel de todas las prácticas de los suburbanitas, porque te usan como lacayo y despiertan instintos asesinos en tí (te joden el karma, los chacras y la madre que lo parió).


4 comentarios:

MaGiA dijo...

ja,ja,ja!
realmente nos tendrían que pagar por usar el transporte público!
Abrazos entre la muchedumbre

*V* dijo...

Pues sí! una compensación por daños morales (y, a veces, incluso físicos, merecemos)

Otros más desde la masa ;)

Verónica dijo...

No te lo vas a creer pero, ahora, en mi nueva etapa como mujer parada, casi que añoro todo eso ....

Un beso y, como siempre, gracias por las risas.

*V* dijo...

Te entiendo,el paro te hace echar de menos lo más impensable... pero es buena época para darse un paseíto al centro a ver, pongamos, cortilandia, y dejar de echarlo de menos ;)

Un beso, y gracias, para eso estamos ;)