martes, enero 17, 2012

Elecciones varias


Ni repasos vitales de fin de año, ni propósitos de año nuevo, ni despotricamientos sobre reyes, yernos y princesas, ni felicitaciones ni tan siquiera deseos pequeñitos de los de no cumplir para poder quejarme abiertamente en el repaso vital del año siguiente. Nada, que he pasado un mes reflexionando sobre la realidad de la vida: el pan.
Bueno, no es realmente el pan en sí, que vale, es un alimento y eso, claro, no es nada nuevo. Bueno, si yo estuviera viviendo en una pequeña aldea en mitad de alguna selva que aún no haya sido destruida por estar en mitad de alguna isla no descubierta, lo mismo, sí, sería un descubrimiento. Pero no, la cosa es bastante más simple y está directamente relacionada con nuestra involución. No, no me he equivocado.
La culpa de todo esto la tuvo la compra. Ha dejado de ser un trámite necesario para nuestro mantenimiento diario a una Odisea. Un examen vital constante. Hemos pasado de la sociedad de las oportunidades y elecciones al maravilloso mundo surrealista de las opciones múltiples inútiles.
Pasamos el doble de tiempo que nuestras madres en el supermercado y ya ni digamos el tiempo que desperdiciamos mirando un mismo estante.
¿La leche? Hay que decidir primero el tipo (Entera, semi, desnatada) y de donde ha salido (que no, que la vaca ya no tiene el monopolio y la hay de soja y si te esmeras de cabra), los condimentos (esas cosas que ponen en las cajas de las marcas buenas y que dicen que no sólo no vas a tener colesterol sino que además al día siguiente vas a volver a tener 20 años) y ya, finalmente, el precio que con suerte nos podemos llevar un litro de leche de cabra alimentada de soja cultivada con abono de vaca por 0.60€.
Si elegir la leche es complicado, los yogures son un nivel superior, elegirlos es cosa de doctorados en compras porque hay que saber distinguir entre L. casei inmunitas y lactosa normal y corriente. Si no estás doctorado en este tema lo mejor que puedes hacer es elegir a ciegas o basándote en el precio porque ya ni el sabor ¡donde andará el Yoplait de limón!
A mi, esto de las opciones múltiples en productos básicos ya me traía de cabeza con las compresas. Sí, compresas. ¿Parece fácil? pues no. Al principio se agradecía que dejasen de hacer pañales femeninos y empezaran a fabricar algo bastante más práctico. Eso fue inteligente. El día que ví unas compresas con frases célebres escritas en el envoltorio realmente me dí cuenta de que la cosa se nos estaba yendo de las manos. Ahora, se nos ha ido totalmente. Antes de que te venga la regla debes decidir si quieres tener en tu casa compresas, tampones, salvaslips para los primeros días o todo. En caso de que quieras compresas pueden ser con alas, sin alas, finas, medias, extrafinas, ultra, extralargas y finas, con o sin sistema dermoprotección (esto acojona... si no te las compras con sistema dermoprotección.... ¿qué me va a pasar?!) o con aloe vera (que no tiene que ver con el sistema dermoprotección y que no me queda claro para qué sirven) y, lo último que es lo más de lo más, la compresa para tanga. Los tampones y los protegeslips ocurre lo mismo, porque por supuesto, para cada situación una cosa. Que no digo yo que no. Pero así a ojo, si me tengo que comprar un paquete de compresas normales (que sueltas aun no se venden) que, pongamos, cuestan entre 2€ y 4€ según si te van a proteger la piel o no, otro paquete de compresas para por la noche, otro paquete de compresas para el tanga, pero además una caja de tampones y una caja de salvaslips de los cuales también tengo que distinguir si son ultras, medios o finos (tanto en tampones cómo en salvaslips)... definitivamente mi sueldo no me llega ni para productos de primera necesidad.
El climax, para mí, se alcanza con la sección de pelo. Sí, sí, pelo. Porque no es sólo el champú. Es el champú, el tipo de champú, la marca, el precio, el acondicionador, la mascarilla, la espuma y su puta madre. A mi la hora no me la quita nadie. Y no, que no sólo es que sea indecisa, es que cómo un día quiera ser espontánea y cambiar de producto alguien va a tener que notificar mi desaparición en los pasillos del supermercado.
¿Y el pan? pues bien. El detalle más claro de que ya nos podemos considerar una sociedad ultra mega especializada es que ir a comprar el pan ya no es algo simple. A mi de pequeña me daban 50 pts y me mandaban a comprar el pan. Cómo mucho, pero cómo muchísimo, yo tenía que especificar si la quería blanca o tostada y, además, me compraba un chicle que como mucho, cómo muchísimo, eran de fresa o menta (que la clorofila y la fresa ácida fueron una innovación).
Pues el otro día cuando fui a una panadería a por el pan la respuesta a "me das una barra de pan" fue:
- ¿baguette, de pico, chapata, veinte cereales, de soja, de leche, integral...?
- Estoo... pues no, pan de pan, no sé, normal
- ¿normal con cereales, integral, baguette, muy hecha, poco hecha?
¿¿ De cereales?? ¿ en serio?? y si no la quiero de cereales ¿qué coño estoy comiendo??? ¿el pan no se hace con cereales??
Pan, coño, pan. Normal, del de mojar en las salsitas. Pan y punto, que me paso el día eligiendo.
Esto, de verdad, ya no me parece evolucionar.

4 comentarios:

Los patos de Central Park dijo...

jajaja, me parto. Cuánta razón tienes. Cada vez es más difícil encontrar productos "normales", de los de toda la vida, sin complicaciones.

Unknown dijo...

NI Q LO DIGAS UNA MUY DETALLADA OBSERVACION QUERIDA Y POR DESGRACIA CUANDO UNO SE ENFOCA EN ESAS CUESTIONES SE LE VA LA VIDA Y EL SALARIU.u

Susana dijo...

Jajajajaja bienvenida al mundo de las amas de casa jajajajaja

*V* dijo...

Patos! ;)

Ni que lo digas! y lo peor es que hemos llegado al punto en el que si queremos un producto normal, de los de siempre, encima nos cobran un plus por comprar "el de toda la vida". De coña!

Huy Elemento! lo del salario es una verdad cómo la copa de un pino, ya no nos llega ni para lo de siempre ;)

jajajaja... Huy Su, hace tiempo ya que compro champú, me había costado llegar a la conclusión ;P