…gilipollas probablemente sean muchas, el problema es que te das
cuenta de ello a toro pasado (o como sea la frase esa) y que suele ser, por
suerte, en cosas sin importancia. O no, o son importantes pero es aquello a lo que no le damos importancia y quizás la
tiene pero eso sería las veces que somos…
… egoístas, esas son las más. Es
imposible no pensar en el Ego (meum) incluso cuando creemos que estamos siendo
altruistas, de hecho hemos conseguido (plural, siempre, claro, no sea que hable
en singular y tenga que hacer autocrítica) que incluso las “buenas acciones” sean
la fiesta de nuestro Yo. Ay, la compasión y el paternalismo (sobre todo el
paternalismo) cuánto daño hacen y nos hacen, y cuánto alimentan esas veces que somos…
… melodramáticos. Yeah, esta me
encanta, yo soy muy drama queen. Para eso has tenido que ver muchas películas
en tu infancia, lo tengo clarísimo. El drama ya no es tanto el querer morir de
amor (y no morirse solo en desamor…
Ay, mi Bosé) si no tener ese constante guión de película (o serie, según
gustos) en tu cabeza, quizás porque la realidad (per se) es insípida y nos han
enseñado a pedir más (siempre más porque de lo contrario no podríamos alimentar
tanto capitalismo) o porque es demasiado complicada, y es que a veces somos
demasiado…
… infantiles. Madurar seguramente
será comprar acelgas en lugar de comida congelada, o hacer frente a los
problemas en lugar de intentar huir de ellos (a veces, los mamones, son más
rápidos que nosotros y nos alcanzan). O puede que madurar sea, en el fondo, un
invento como otro cualquiera pero ser infantil no tiene nada que ver con
madurar si no más bien con no aprender (ni a base de hostia tras hostia) de los
errores porque somos gilipollas (ver explicación previa) o porque a veces
simplemente somos…
… masocas. Esto es un conjunto y
sus partes deben estar correctamente relacionadas así que si queremos ser
gilipollas, infantiles y melodramáticos no podemos evitar ser masocas, tender a
aquello que sabemos que existe una alta probabilidad de que nos haga daño (al
colesterol me refiero ¿eh? Nada de dramas personales profundos) para poder regodearnos en la pena.
Pero sí, a veces creo que somos
una acumulación de defectos muy mal organizada, pero luego están esas veces, la
mayoría, en las que creo que somos complejos y eso nos convierte en seres
maravillosos. Incluso esas veces en donde creo que el ser humano es
sencillamente subnormal me gusta pensar que no, que somos una especie
maravillosamente retorcida a la que siempre merecerá la pena prestar atención,
investigar, intentar entender, observar.
Y de esto, claro, tendrían que
partir los propósitos de año nuevo, pero no será porque es probable que vivir
sea mucho más divertido haciendo complejo lo simple.
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