jueves, febrero 05, 2015

Las vírgenes suicidas


Siempre he querido escribir una reseña pero, la verdad, cada vez que he leído una he pensado “Yo no saco esas conclusiones de un libro ni en mi día con más café en el cuerpo”. Además, la mayoría (o las que tienen relación con algunos libros que he leído) parece que compiten en estilo con el propio libro que comentan, como si el que escribe la reseña quisiera decirte “para leer esto hay que ser escritor en ciernes” como si existiera, necesariamente, una relación directa entre leer y escribir. Y es que hay quien es lector, hay quien es escritor, hay quien es ambas y quien no es ninguna. Variables múltiples.
Pero, aunque mis reflexiones sobre algún libro hayan sido “pues está guay ¿eh?” eso no quiere decir que no vaya a intentar destrozar el último libro que me he leído especialmente porque una de las conclusiones que he sacado del libro no la he leído en ningún otro lugar (es decir, será falsa) lo que hace que me sienta súper fantástica a la par que desequilibrada.
Así que ahí va, mi primera reseña, intentando copiarme de lo que he visto por ahí.


Título: Las vírgenes suicidas
Autor: Jeffrey Eugenides
Sinopsis: En menos de un año y medio, las cinco hermanas Lisbon, adolescentes entre trece y diecisiete años, se suicidaron. Los jovencitos del barrio habían estado siempre fascinados por esas inalcanzables jóvenes en flor, atraídos por esa casa de densa femineidad enclaustrada, y las primeras muertes no hicieron sino ahondar el misterio y el espesor del deseo.

Hasta aquí la parte fácil que es copiar y pegar de google (o mirar portada y contraportada del libro)

Reseña (qué nervios…): He leído, sobre todo, críticas a la película que dirigió Sofía Coppola basada en la novela de Jeffrey Eugenides, algunas sin citar incluso que Coppola se basó en esta novela (dato importante si queremos valorar la ironía en los diálogos que tanto se le aplaude y que, me da, no es obra suya) y son pocas (en castellano) las reseñas que he encontrado asociadas al libro (las habrá pero tampoco me voy a volver loca investigando). Pero lo que he leído, en ambos casos, es la coincidencia en que el argumento se basa principalmente en una crítica a la clase media norteamericana acomodada que no se implica en la vida de los demás y, por tanto, contribuye con su inercia al deterioro social. Os suena ¿no? Imagino que sí porque toda novela que contextualiza la historia en la clase media americana obtiene exactamente la misma interpretación de la obra. Es decir, ya puedes escribir una novela basada en el amor entre las ardillas que viven en un barrio residencial americano que parte de la explicación a tu obra será esa, la terrible clase media norteamericana.
Comento esto porque una de las primeras cosas locas que pensé cuando terminé el libro y empecé a leer comentarios sobre él fue “¿y si simplemente está contextualizado?” es decir, si escribimos una novela basada en nuestra época y describimos el tiempo que pasamos mirando una pantalla (y lo hacemos de forma creíble) alguien, con razón, podrá hablar de la despersonalización de las relaciones (según quien) pero quizás ese no es, ni por asomo, el mensaje que queremos transmitir, es tan sólo el contexto. Interpretable pero contexto. Creo que es imposible ambientar una novela en alguna de las clases norteamericanas sin que exista un comentario al contexto absolutamente obvio pero no creo que eso sea siempre una reseña.
Estoy de acuerdo, claro, con los comentarios (extensos, muy extensos) sobre esa crítica profunda a la clase media, incluso estoy de acuerdo con aquellos casos en donde han relacionado esa crítica a la sociedad con Walter Benjamin, Jean-François Lyotard o, incluso, con la cultura griega clásica y su concepto de la experiencia y el desapego postmoderno (ahora vas y lo cascas) pero a veces todo esto me suena a “he leído que esta es la versión oficial de lo que significa este libro y esto es lo que hay que opinar pero metiendo mucha paja”. Paradoja esa crítica a la alienación patente en una determinada sociedad que está presente en la propia crítica.
Me gusta, a veces, leer ideas locas sobre lo que alguien ha entendido de un libro porque escribir es comunicarse y, en comunicación, cada uno entiende lo que quiere. A veces es bonito que aunque el autor diga “esto es lo que quería decir” nosotros podamos decirle “sí, pero esto es lo que me has hecho entender”.
Y ahora sí, mi idea loca sobre esta novela: La sensación que me han provocado estas vírgenes suicidas, desde el principio, es que ese suicidio, lento, es la muerte de la infancia y el paso a la madurez. Esas chicas a las que representa como un todo, como si fueran un único ser pero que van siendo vistas de forma particular a medida que avanza la novela, simbolizan esa adolescencia que no deja de ser el suicidio de la infancia. He leído que ese todo se interpreta como una crítica a la perdida de individualidad que nos provoca el capitalismo (también estoy harta de leer esto por todas partes, creo que hay frases hechas para las críticas) a mí me ha dado más la sensación de eso que somos cuando empezamos a ser mayores, un yo con muchas partes distintas que al final, inevitablemente, mueren.
En otra parte he leído como “contra” de la novela que no es creíble que 20 años después un grupo de amigos siga recordando a las chicas Lisbon, pues bien, a mí eso me ha parecido que, asociado con lo anterior, es coherente, es decir, si hay algo que no se olvida es la infancia, además el autor pone bastante énfasis en dar un toque nostálgico a como el barrio cambia y la gente se marcha y al uso, años después, de aquello que nos recuerda a cuando éramos niños. No es el recuerdo de las chicas Lisbon, es la madurez. Evidentemente las chicas Lisbon y los personajes que aparecen están ahí porque, ante todo, una novela es una trama pero esta no necesariamente tiene que ser la que nos proporcione un mensaje.
Puede que el mensaje lo interprete yo como me place y que veo nostalgia en el abandono de la infancia y la adolescencia por todas partes. Pues lo mismo, ni idea. Pero por más que he intentado leer reseñas ninguna me ha convencido porque todas me han sonado a más de lo mismo, otra vez, pero con otras palabras aún más rimbombantes. Así que esta vez no quedaba otra solución que escribirme la reseña que me hubiera gustado encontrar para poder hacer que mis locuras se sintieran realizadas.

Leedlo, si no lo habéis hecho ya, porque es una maravilla de libro.

2 comentarios:

ETDN dijo...

Pues a mí me ha encantado tu reseña. La novela no la he leído, vi la peli hace mil años y me gustó. De Eugenides he intentado leerme "la trama nupcial" y como que no me terminó de enganchar, por ahí lo tengo a medias.

Y estoy muy de acuerdo, tanto en tu valoración del sentido de la historia como de la reflexión sobre la interpretación de las obras de arte (aquí incluyo literatura, cine , teatro, pintura).Y ya del mundo del reseñismo mejor ni hablar.Al final lo que cuenta es la emoción o la reflexión que cada obra de arte provoca en uno. Y eso no es cuestión de "entender" o "no entender". Es indudable que a veces tener más conocimientos, tanto de cultura general como de la obra el particular ayuda a apreciarla mejor, pero no siempre. A veces lo único que hace tanta campaña de publicidad, entrevistas, reseñas, etc, es saturar, crear falsas expectativas y condicionar la forma en que se ve esa obra. Se limita, además, el poder de la sorpresa. Olvidar el placer de comprar un libro, ver una peli o un museo sin saber absolutamente nada, dispuestos a dejarnos cautivar, o aburrir, por su contenido. A veces pasa lo contrario. Últimamente me pasa mucho que me gusta o aporta más la reseña de una obra que la obra en sí.

En fin, que te animo a que sigas reseñando cualquier obra de arte que te provoque una emoción, una reflexión, un aprendizaje. :)

besos

*V* dijo...

Yo la peli no la he visto pero después de leerme el libro, hay ganas ;)

Y estoy de acuerdo, algunas reseñas son una maravilla y, como dices, luego te lees el libro y ya no es lo mismo, claro, porque la reseña ha dejado el listón muy alto. Yo, en general, reconozco que prefiero leer (o ver, según)la obra antes que comprobar las críticas pero sobre todo porque, para bien o para mal, me muevo por impulsos en eso de consumir cultura y me puede el ansia ;D

Y gracias!:)

Besos