lunes, junio 15, 2015

Sobre Guillermo Zapata


Pues ya está, estoy leyendo columnas y opiniones  en relación al tema de Guillermo Zapata que derrochan un buenismo exacerbado y se me están abriendo las carnes. Y no porque sea yo una defensora a ultranza de la situación si no porque, me da a mí, hay un montón de gente que estaba esperando carnaza sobre cualquier cosa, entre ellas el humor.
No voy a entrar en esa discusión de los límites del humor, ahora bien, de lo poco que he leído sobre humor recomiendo “el chiste y su relación con el inconsciente” que es de Freud (tranquilidad, Freud a veces decía cosas bien) y de ahí que cada uno concluya por qué hacemos chistes y lo que complejo que resulta lo que nos hace gracia.
Y sobre el tema. Me jode el simplismo con el que se está tratando,  esa gente que se está escandalizando de una forma, me parece a mí, muy hipócrita porque aquí el que no ha contado chistes de Irene Villa, los ha reído, y quien diga ahora mismo “o no, yo no” os aseguro que os habréis reído de  un montón de situaciones incluso peores y, quizás, sin el valor necesario de hacer un chiste.
Decid que no os habéis reído cuando alguien no os oye aunque esa persona puede que tenga una deficiencia auditiva, decid que no os habéis reído de alguien que no ha visto bien algo, aunque esa persona tenga un problema de visión ¿tampoco os habéis reído de una caída? ¿De una forma de andar? ¿De una falta de ortografía sin tener en cuenta a los disléxicos? La exageración con la que se ha tratado el tema es igual a esos ejemplos, son falacias como camiones.
He leído, y eso me ha llevado al colmo, que escribían algo así como que recomendaban a Zapata que viera los arañazos de las paredes de Autwichtz ¿en serio? ¿Unos chistes entrecomillados que son más antiguos que mi abuelo? ¿Es necesario ser así de melodramático y linchar a una persona que ha explicado por activa y por pasiva lo que ha ocurrido? Hace poco me leí un libro sobre Mathaussen en donde ellos mismos bromeaban sobre su condición y sobre lo que había pasado. No creo que les jodan los chistes les jode, por ejemplo,  no recibir una pensión de España después de que esta les abandonara en un campo de concentración ¿Están bien los chistes sobre judíos? A mí no me hacen gracia pero no quiere decir que en un momento dado no me pueda reír de algo no por la relación que tiene con la realidad sino por la ruptura que supone respecto a la misma. Cuando teníamos unos ¿13 años? Una de mis amigas, la  más “pija” y con pinta de no haber roto un plato, con una vocecita muy de osea nos contó este chiste: “¿por qué se cae la niña del columpio? Porque no tenía brazos”. Estuvimos riendo horas y no por la niña ni el columpio ni mucho menos porque no tuviera brazos sino por quien lo contó y cómo lo contó porque no esperábamos que alguien como ella contara ese chiste. Así de complejo es el humor y por eso no se pueden hacer juicios infantiles.
 Pero señores, tengo la sensación de que se les está calentando la boca de más porque aquí no iba de humor si no de una discusión en twitter del 2011 con ejemplos (que para eso son las comillas).
Todos esos columnistas que ahora sientan cátedra sobre “es que claro, en tuiter hay mucho paleto” se están quedando en la superficie de todo esto así que dudo mucho que puedan hacer una reflexión medianamente seria cuando se han basado en parapetarse en una postura del tipo “yo jamás de los jamases me he reído de esas cosas y condeno el humor negro que es el mayor de los males de este país”. Luego, quizás, presumirán de leer a, qué se yo, Valle-Inclán, que claro, nada de humor negro ahí.
No voy a defender a Zapata porque para mí en lo que ha pecado es de novato, o se ha pasado de presuntuoso al pensar que a él no le podía pasar. Para mí eso es no estar preparado para la esfera política, el resto de argumentos me parecen infantiles porque todos sabemos que esos tuits no iban con esa intención y lo contrario es falta de comprensión lectora (que para lo contrario se necesita tener en cuenta el contexto)
Lo que se está obviando, y tendría más interés, es cómo un mismo mensaje está condicionado según el medio por el que es emitido, cómo en nuestra sociedad lo escrito alcanza la categoría de lo divino y difícilmente modificable mientras que lo oral es ignorado y no se le da la importancia que en otras sociedades posee. Los roles en las redes sociales y cómo estos están por encima de la propia persona (y de esto ya habló Vigalondo) y  de cómo las propias relaciones sociales en un espacio abstracto afectan al plano físico, sobre la posición del lector-espectador en redes o sobre, yo que sé, las fotos de gatitos en Facebook sí o no en contraposición a los chistes negros en Twitter.
Hay tanto ¡pero tanto! sobre lo que se puede hablar de este tema que me cabrea que se publiquen en periódicos de tirada nacional columnas para adolescentes. No me cabrea que Aguirre ande aprovechando la mínima para venderse o que su séquito haga ídem, me enfada que nosotros, los espectadores nos dediquemos a leer discursos cargados de un chantaje emocional infantil que no lleva a nada salvo al necesario “pues anda que tu...”
Si vamos a hacer ese tipo de análisis no estaría de más que todos los que están profundamente escandalizados prestaran atención a lo que les hace gracia en su vida diaria. Lo mejor para acabar con la autobeatificación personal no deja de ser mirarse al espejo.  

No hay comentarios: