viernes, junio 03, 2016

Maternidad II (Entre el cielo y el suelo)

Primeras notas de trabajo de campo. Luchando contra el "cuando seas madre me lo dices".
- ¿Pero esto qué es?
- Confirmado, no ha nada divino en la maternidad salvo que exista el milagro de dormir ocho horas. Aun no ha ocurrido. Realidad 1- milagros 0.
- Entrar en el club de madres no es tan fácil como creía, aunque algunos miembros son transigentes y te ayudan con las normas básicas, los hay que te tratan como "la nueva" y usan las tácticas ya conocidas por otros grupos cómo la banalización de tus quejas, la condescendencia, la indiferencia o la queja sobre tu nueva condición. Hay madres malas, pero malas de mala leche. No es lo mismo malas madres que madres malas.
- Es difícil abandonar el grupo de origen. Los miembros de siempre intentan aceptar a un nuevo participante pero es complicado si el nuevo miembro no toma cañas ni tiene una conversación medio decente. El grupo de origen lo intenta pero el nuevo miembro a veces tiene malas pulgas y berrea como si lo estuvieran descuartizando. Aun así el grupo de origen es más bueno que las madres malas.
- El embarazo supone una autorización implícita para que todo el planeta te toquetee. Es curioso que gente que no conoces de nada te sobetee la tripa en  sitios como el mercado. A más tripa más tocamiento. No les importa quien eres, ni tu nombre, ni nada, sólo quieren a tu cría. Eso provoca los primeros pensamientos psicóticos sobre los "robabebes".
- Confirmado: no hay brillo especial en la embarazada. Ni en los ojos ni en nada salvo que la grasa hormonal se te haya acumulado en la barbilla o en el pelo, entonces si brillas, como el lucero del alba. Y nada de cremitas porque todo es tóxico para la embarazada salvo la cría que es, precisamente, la que te provoca vómitos constantes y mareos durante nueve meses.
- No es el mejor momento de la vida de una mujer, no lo es, digan lo que digan. Mi mejor momento no es engordar 20 kilos, vomitar, no poder moverme bien, no dormir boca abajo y que todo termine como la matanza de Texas. Mira, no, he tenido momentos mejores en mi vida.
- No tengo foto cuqui de embarazada. No soy guay.
- Lo del parto natural. Espera que me parto de la risa. Las matronas tienen una especial obsesión con la lactancia y el parto natural. Hay matronas de veinte años sin hijos que te dicen que le des la teta de por vida y que no seas egoísta y no te pongas la epidural. Mi opinión al respecto es : y una mierda. La lactancia, pues vale. La epidural es el mejor invento del ser humano después del pan. Y quien quiera sufrir que sufra.
- Parir en casa descartado. Parir da fiebre, cosa que no se dice. No a todas, no siempre, pero da fiebre antes y después, eso no es bueno para la madre ni para la cría. Además duele, es obvio pero indescriptible y yo cuando algo duele quiero todo un equipo médico a mi vera.
- Es difícil saber qué protocolo seguir con la teta. Donde sacarla y donde no. Es complicado sacar la teta discretamente cuando tu teta mide más que tu.
- La teta es barata y cómoda pero es un tostón ¿Puede ser cómoda y un tostón? pues sí, es cómoda si vas a pasar tu vida dedicada al nuevo pequeño ser, un tostón si quieres moverte sin el pequeño ser dependiente.
- Digo frases que decía mi madre, algunas, el efecto "me convierto en mi madre" está comenzando. Incluso digo frases de abuela aunque el pequeño ser no me entiende. Yo fui alguien medio joven.
Hay más, mucho más, pero es que ahora estoy mirando al pequeño nuevo ser. Da grititos, se frota el ojo con el puñito cerrado, se lo muerde con esas encías retuerce pezones que tienen más fuerza de lo que parece y se ríe cuando miro. Y yo ya muero de amor. Y así se me olvida lo demás. Serán las hormonas, no sé, pero más no puedo querer.
Seguiré investigando.

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