lunes, septiembre 12, 2016

Y volver, volver...

Los últimos días en nuestro retiro rural no fueron nada emocionantes salvo que aprendimos lo efímero de la fama. Nos acostumbramos rápido a tener un séquito de señoras semi desconocidas que venían a vernos por las tardes y se convirtió en rutina eso de tener la merienda lista para que Pepi, Mari, Luci, Bom y otras chicas del montón vinieran a pellizcarnos los mofletes (eso a Retuercepezones, a mi a hacerme preguntas técnicas sobre bebés que nunca he sabido responder del tipo ¿y por qué llora?).
Pero llegó La Tarde, esa tarde en la que sientes el abandono de las fans. Retuercepezones y yo estábamos listas (lazos en cabeza, pañal limpio para ser manchado en el momento oportuno, pucheros a punto, información de bebés actualizada gracias a google para poder responder preguntitas sin maldad...) pero allí nadie apareció. Sentadas, al fresco, con nuestras mejores galas de pueblo, esperamos y esperamos a nuestras visitas. Y nada.
Al día siguiente, cuando fuimos a comprar el pan (hay que entender que la panadería en los medio rurales es como participar en las mañanas de AR) nos informaron de que había bebé nuevo en el lugar y claro, un bebé dos meses menor que Retuercepezones gana por goleada. Es verdad que la cosa tampoco se alargó mucho, el nuevo bebé era más llorón (¿más?) y, lo más importante, no tenía tanta lorza donde pellizcar por lo que a los pocos días nuestras seguidoras volvieron a merendar con nosotras (café e higos, cosas de pueblo) y recuperamos la rutina de la fama ya sabiendo que esta no es eterna.
Y volvemos, claro, a la ciudad, porque no es plan de irnos a vivir al pueblo. Y hemos vuelto con todo el estrés que ya no teníamos porque, por lo visto, los cuatro meses son como la mayoría de edad en Bebelandia y, de repente, tengo la bandeja del correo llena de Mails en donde me informan (con cierta urgencia) que tengo que cambiar al bebé de habitación, que ya debería dormir sola en su cuna, que qué hago que no le estoy dando frutitas o mirando posibles carreras universitarias con futuro. Y nosotras, que vivíamos alegremente en la ignorancia rural, nos estamos estresando por momentos (más yo, Retuerci bosteza y lucha por agarrar las orejas de la perra). Así que todas esas páginas en las que me di de alta durante el embarazo con la única intención de que me enviaran muestras gratis de cosas que ahora se que son inservibles, me mandan mails diarios que a mi me suenan a "eres la peor madre del mundo mundial porque no has conseguido aún que tu bebé duerma en su habitación o que lea el Quijote en hebreo". Lo que yo no me explico es cómo han pasado de mandarme mails contando los beneficios del apego, el colecho y su santa estirpe a cambiar el tema por "¿aun duermes a tu bebé en brazos?". Deduzco que tienen una especie de alarma que les informa de los bebés que cumplen cuatro meses para dejar de ser amables con las madres y empezar a meter caña de la buena, se te acaba la baja por maternidad y te dan palos por todas partes.
Nos vamos, de paseo, que esa es una de las pocas cosas que debería hacer con bebé que sí que estoy cumpliendo.

2 comentarios:

ETDN dijo...

Me encantan las aventuras de Mamá primeriza y Retuercepezones. <3 <3 <3

*V* dijo...

Gracias :)
Aunque nos estamos volviendo un poco coñazo ;D