martes, noviembre 21, 2017

Ley de vida

Se hace complicado encontrar una rutina, intentar que lo "imprescindible" de antes vuelva a tener algún sentido en el ahora. Que aquellas cosas tan trascendentes que te hacían tan feliz o tan desgraciada sean importantes de nuevo. No lo volverán a ser, eso casi lo se, pero quieres que vuelvan sólo por sentirte algo más joven, como cuando miras fotos y ves a una tu de hace 20 años y crees que si te esfuerzas puedes recuperarla.
"Es ley de vida, hija", eso nos intentaba enseñar mi padre sobre las cosas más importantes. Y a mi me sonaba a prepotencia de mis mayores por pensar que yo no entendía, con lo mujer que era, con todo lo que yo sabía, cómo no iba a entender. Y filosofaba y le decía que claro que es ley de vida, a ver qué se creía, que yo ya sabía y que las cosas pasan, y que el tiempo se evapora pero que si piensas así o que si haces asá  todo es distinto, que somos dueños de considerar lo que es importante y lo que no. Y se reía o se enfadaba o filosofaba él también pero a mi me daba igual, la verdad, porque eso también es ley de vida, no escuchar, no empatizar, creernos más que quien ya sabe por donde te va a tocar caminar.
El mes pasado, en su funeral, una de las mil caras borrosas que vinieron a darnos el pésame (borrosas por lo confuso que es todo en ese momento, se agradece aunque luego no sepas ubicar qué ni quien ni cómo) me dijo algo sobre lo triste y lo duro y lo mal que se pasa y yo, sin pensar, casi escuchando esa voz de locutor tan suya, dije "es ley de vida". Y lloré, porque entendí.  
Ahora es imposible no ponerme profunda cuando alguien se enfada por o pena por cicatrices que desaparecerán. Pero me callo, claro, escucho, intento empatizar, recuperar algo de esas importancias que ya no existen solo para sentirme de nuevo un poco más joven, intentando invocar a aquella que vivía la más absurda de las situaciones diarias como un gran acontecimiento que te pudiera cambiar de por vida. Aunque se que no, que es ley de vida que lo que te cambie realmente sea la muerte.

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