martes, febrero 17, 2015

Lo de las perlitas




Cómo estamos en El Año Electoral más intenso de los que he vivido en todos mis años de votante (que no son pocos, ahora que lo pienso) yo, personalmente, he decidido desde hace ya un par de meses, que es cuando calculo que ha empezado la salvaje campaña electoral, guiarme por “estás imputado- no estás imputado” “estás condenado-no estás condenado” y, siendo un poco más compleja, “lo has cumplido- no lo has cumplido”, que para eso tenemos prensa y, más importante aún, boletines oficiales y actas.

Esto, claro, no quita que, como todo homo internetensis que soy, me deje llevar por las bromas, los chistes y los bulos que pululan por esas nuestras redes sociales que nos animan el día a día. Esto, probablemente, no marque mi voto pero me hace pasar ratos entretenidos, riéndome o cabreándome o reflexionando sobre chorradas, según.

Y es que se están comentando y publicando cosas realmente estúpidas al mismo tiempo que estamos disfrutando, como hacía años que no pasaba, de grandes debates y entrevistas a la clase política en general.

Por ejemplo, una de las cosas que se ha sacado de madre sólo por hacer el chiste y la crítica fácil fue lo de Albert Rivera y los peces. Sé bastante poco o nada de Ciudadanos, la verdad, por lo que leo muchos lo consideran la alternativa conservadora a los partidos tradicionales. Ni idea, sé que cuando leí lo que había dicho no me lo tomé como algo para echarse las manos a la cabeza sino más bien como aquello que antes, en los años del 0,7% se reivindicaba sobre ciertos países, potenciar el desarrollo interior frente a ayudas que no estaban  llegando. No sé qué quería decir este señor, la verdad, pero reconozco que los cien mil chistes sobre el tema me hicieron gracia. Eso no va a condicionar mi voto, solo me hace gracia.

Me pasa lo mismo con lo que leo sobre “las perlitas”. Puede que con el tema Podemos estemos ya un poco más informados aunque sea porque tienen más publicidad que Coca-cola (ya sea directa o indirecta). Lo de las perlitas va sobre una alcaldesa del PP que ha concedido una entrevista a ABC para quejarse de que Pablo Iglesias la suspendió tres veces por llevar perlas, que en clase se dirigía a ellos como “a ver, la rubita” o “a ver, la de las perlas” y que el temario era su ideario político. Señores de ABC, esto es una sarta de gilipolleces, y luego que si la gente bromea.

En mi carrera se miraba mucho eso de si el profesor tenía tendencias políticas o no, sobra decir que mis profesores estaban hartos de ser acusados de tendenciosos, es lo que tiene ser historiador que terminas hasta el moño de los que te culpan de que los hechos fueran los hechos.  Además se enseñaba algo, creo yo, que mucha gente obvia porque es más divertido pensar que si estudias Historia te limitas a memorizar hechos y fechas, te enseñaban a elaborar un discurso y, entre otras miles de cosas, la importancia del sesgo dentro del discurso. En investigación social es importante que el autor aclare su sesgo, no os fieis del que no habla de donde viene porque no os está informando de hacia dónde ha tendido su investigación de forma inconsciente. Digo esto porque en mis clases era habitual comprobar de que pie cojeaba cada profesor pero también había un sesgo en los alumnos, se agrupaba a los profesores sobre todo en función de la especialización: los de medieval eran fachas, los de antropología progres, los de América más fachas que los de medieval y los de prehistoria vivían en su propio planeta. El ideario está en todas partes, los clichés ni te digo. Tuve profesores que atacaban al capitalismo y profesores que lo defendían y aquello me proporcionó capacidad crítica.


 Además, si algo caracteriza la universidad son las revisiones de examen. En esas sí había veces que obtenías perlas gloriosas de los profesores, y otras tantas te daban ganas de esconderte por la vergüenza de comprobar lo que escribiste en un examen. Vamos que lo normal es que si tú crees que te han suspendido por las perlas que te vayas a la revisión y que si no quedas conforme te vayas al decano que, otra cosa no, pero al final el decano termina siendo como tu tutor personal. Si hubiera habido una revisión de examen la señora de las perlas estaría diciendo “me dijo que me suspendió por X pero yo sé que fue por Y” que es lo que hemos contado muchas veces sobre muchas asignaturas.

Ser profesor es complicado, serlo en una universidad lo es aún más. Así que dudo mucho de este tipo de historias porque lo justo sería revisar el expediente de la chica de las perlas que dice que viste normal porque compra en Zara (los que compramos en modas mari debemos vestir mal o raro), revisar las reclamaciones realizadas y ver la base de estas comparándolas con otros de los miles de alumnos que pasan por un aula universitaria.

Nos queda un año electoral muy largo y mucha campaña sobre todo en los medios de comunicación que por lo visto están convencidos de que en España se vota en función de si te equivocas en una frase o no, de si alguien te acusa sin base o de si un candidato es más guapo y más mejor que el otro.  Lo peor es que no se equivoquen y terminemos votando así. 

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